Es imposible olvidarse del Riding Assist-e, aquel prototipo de moto eléctrica que no se caía nunca y que por cierto, ha envejecido muy bien. De 2018 a 2023 el sector ha avanzado mucho: la ebullición de las motos eléctricas, el planteamiento de las marcas, etcétera.
Pues ahí van dos noticias en una, porque Honda parece haber retomado la idea de traerlo a la vida, y con un sistema que ayudaría (y mucho) a manejar una moto, pero no sería tan intrusivo como aquel Riding Assist-e. Todo a través de una patente publicada por los japoneses.
Dos patentes, una misma moto: la Riding Assist-e eléctrica y actualizada
Es un hecho que Honda está trabajando en un futuro 100 % eléctrico de aquí a 2050. Ya veremos en qué acaba, aunque por el momento los planes incluyen modelos de producción eléctricos cada vez más interesantes.
En 2017 los japoneses presentaban el Riding Assist-e. Un concepto atemporal que reinterpretaba el concepto de moto de los pies a cabeza, y era eléctrico.
La esencia no se ha perdido, o eso reflejan las últimas patentes registradas por la marca del ala dorada. El prototipo base no es igual, pero sí parecido. Y ya sabemos qué significa eso; que podría ser un futuro modelo comercial.
Esta moto registrada utiliza un sistema de propulsión eléctrica, aunque bajo otras dos patentes. Una de ellas tiene dos motores eléctricos que impulsan la rueda trasera y luego una calcada, pero con otro motor separado dirigido a la unidad montada en el buje delantero.
El primero de los sistemas equipa dos motores situados longitudinalmente el uno del otro, justo por debajo del asiento. Tienen la particularidad de girar en direcciones opuestas, y se conectan a un eje de transmisión que transmite el movimiento hasta la rueda.
Parece que no tiene sentido, al menos como entendemos el funcionamiento habitual de una moto. Aquí está la clave: los motores se utilizan para ayudar a la moto a inclinarse en la curva o bien levantarla en la salida.
Jugada maestra. En una curva a izquierdas el motor situado al mismo lado recibirá más potencia al entrar en curva, y supuestamente favorecerá que la moto se incline más rápidamente. Una vez la moto esté por mitad del paso en curva, ambos propulsores se reparten la potencia para equilibrar la estabilidad, y a la salida se aplica más torsión al motor derecho para enderezarla.
Y luego está la segunda patente. En ella se describe exactamente el mismo sistema que en la primera, pero añade un pequeño motor en la rueda delantera.
Se podrían sacar dos lecturas de ese sistema: que sirva como una forma más avanzada de controlar los caballitos o 'wheelies' o que provoque más potencia al tren delantero y añada más tracción a la rueda delantera para contrarrestar el cabeceo de la moto. Para evitar el desastre, el sistema inteligente reconoce cuándo el frontal deja de elevarse y corta la entrega una vez detecte asfalto.