A Richard Hammond se le conoce por muchos motes. Jeremy Clarkson vacilándole no tiene límites: desde 'The Hamster' hasta 'Captain Slow' por sus dotes al volante... Y aunque le hemos visto prácticamente toda la vida presentando coches, no le hace ascos a las motos.
Hay una pequeña parte que desconoce el público generalista, y que tiene mucho que ver con las dos ruedas: su pasión por las motos clásicas y las deportivas. Tanto que el apodado como hámster abre las puertas de su casa, o como él prefiere llamarla, "club social" y nos enseña el museo que tiene dentro. Podría estar al del nivel de Keanu Reeves o Aleix Espargaró.
Desde una Kawasaki ZXR 750 hasta una BMW R 52 de 1929
De hecho, para Hammond empezaron antes las motos que los coches por muy raro que parezca. Dice haber empezado en esto de las motos con una Honda MTX50 a los 16 años, y que la compró a medias con sus padres por su cumpleaños.
Pues el compañero de los míticos presentadores Jeremy Clarkson y James May abre las puertas de su "casa club" o "club social", que odia que llamen "cueva de hombres". Refinado y con aire británico, la primera instancia que nos presenta en su casa comprada hace quince años está repleta de motos. Lleva dándole forma desde entonces... Y aún no ha terminado.
Y qué motos hay allí. Hammond tiene una especie de museo particular con algunas motos de coleccionismo que ha ido comprando con el paso de los años. "No sé de dónde vienen, pero cada vez hay más", y dice que tiene otras tantas en camino para rellenar el hueco vacío.
Una de las primeras que Hammond enseña es una OK-Supreme de 1930. Un fabricante británico de motos que sobrevivió de 1899 a 1939 y cuya pieza pertenecía a un piloto de la época y que incluso tiene alguna carta a modo de recuerdo. Una joya como pocas acompañada de otra británica: una Brough Superior SS100, la conocida como Rolls Royce del motociclismo.
Junto a ellas una Triumph Bonneville Trophy, una Indian Big Chief de 1947 y la más antigua de toda la selección: una BMW R 52 que data del 1929. La moto alemana era una revisión de la R 42 de 500 cc. Incluso los valores de potencia, velocidad máxima y bastidor eran en gran medida los mismos que en el modelo anterior. El motor era nuevo, la primera vez que BMW abandonó la tradicional relación cuadrática entre la carrera y el diámetro, creando así la BMW R 52 de carrera larga.
Hammond también es fanático de las motos japonesas. Se explica así que en su salón tenga a una Honda CBX 1000 de seis cilindros. Una moto que nació con la CB750, la posterior réplica de Yamaha y su Z1 y el contraataque de Honda con esta CBX 1000 ideada por el mismísimo Shoichiro Irimajiri. Una moto con 1.047 cc, 24 válvulas, 6 carburadores, 105 CV y 216 km/h de velocidad punta. También descansa por allí una Suzuki Katana.
Junto a ella descansa la que es probablemente la joya de la corona para el británico: una Kawasaki ZXR 750 H1. La casa de Akashi se unió a la jauría de las Honda RC30, Yamaha FZR 750 R o la Suzuki GSX-R 750 con esta moto icónica por su doble faro redondo y color verdoso (que también apareció en negro).
Fue la última en llegar al club de las deportivas de esa generación, pero hizo las cosas bien. Mantenía el propulsor de la GPX 750 R, un tetracilindrico de 748 cc que daba la friolera de 107 CV a 10.500 rpm y un par máximo de 66 Nm a 6.500 rpm.