No voy a desgranar aquí el coste real de asistir a un GP, ya sea el de Holanda o cualquiera de los que se celebra en nuestro país. Creo que todos sabemos lo que cuesta viajar desde tu casa hasta el lugar dónde se encuentra el circuito, el precio de los campings, hoteles o alojamientos que aprovechan la ocasión para hacer el agosto, ni de los precios de la comida o la bebida dentro de los límites de cualquier circuito ni de los precios de las entradas a cualquiera de estos circuitos, eso se lo dejo a Albi, que ha estado el pasado fin de semana en Assen. Lo que vamos a hablar es de las multas que suelen acompañar a los asistentes más “quemados” de un Gran Premio.
Leo en Bikes in the fast lane, que durante el último GP de Holanda la policía multó a 2373 vehículos (la mayoría motos) por exceso de velocidad. El récord lo consiguió un conductor que fue cazado a 210 km/h y a cuatro de ellos les fue retirado el carnet de conducir. Menudas cifras.
Pero el espectáculo no acaba ahí, ya que en esa cifra no están incluidas las sanciones que registraron los radares móviles. Sin duda la policía holandesa también ha hecho el agosto con el TT de Assen 2010. Esperemos que para el próximo GP de Catalunya nuestras autoridades no consigan hacer una recaudación de este calibre, porque los moteros españoles somos más civilizados que los holandeses ¿O no es así?
Por cierto, la foto que ilustra este postes para darle un premio al campeón que es capaz de rodar a más de 300 km/h en una autovía limitada a 80 km/h. Solo espero que sea un montaje, porque hay que ser muy inconsciente para hacer algo así.
Vía | Bikes in the fast lane