El invierno y la moto no son buenos compañeros. Es por ello que muchos deciden dejar la moto aparcada en el garaje durante el invierno. La encienden cada pocas semanas para mantener la batería cargada o hacer que el aceite del motor circule.
Lo cual está bien. Pero hay un problema bastante común y serio: la humedad.
El mito del invierno, la moto y el garaje
Seguro que te has dado cuenta de que, en un día frío, el escape de tu moto, o el de un coche en un semáforo, suelta una especie de nube de vapor. La causa es que, cuando se quema la gasolina, los átomos de carbono e hidrógeno del gas se combinan con el oxígeno del aire para producir dióxido de carbono y monóxido de hidrógeno.
Así que cuando el motor está frío, el vapor se condensa en agua y... Horror: puede causar muchos problemas, y no es nada bueno. Hablamos desde cuestiones como oxidar las válvulas hasta acidificar el aceite o correr el escape de la moto. No es bueno.
Cuando pones en marcha la moto en invierno, sueles hacerlo solo por unos minutos. Este corto período de funcionamiento no permite que todos los componentes alcancen la temperatura necesaria para prevenir la formación de condensación. Es similar a los trayectos breves que muchos manuales de usuario consideran como "uso severo", lo que implica la necesidad de realizar cambios de aceite con mayor frecuencia.
Y ahora viene el quid de la cuestión, porque arrancar la moto para evitar problemas de batería, aceite o combustible no es realmente necesario. El aceite se adhiere bien a las superficies y no se desprende, mientras que los arranques en frío generan desgaste innecesario.
La gasolina, en cambio, sí que puede deteriorarse, pero esto se soluciona llenando el tanque con gasolina 'fresca' y un estabilizador, o vaciándolo completamente mediante un sifón y dejando que el motor se apague, dependiendo del tipo de moto.
La batería. Seguro que ya has escuchado hablar de ellos, pero lo mejor es un mantenedor de batería para el invierno. La batería no sufrirá y mantendrá las celdas cargadas y acondicionadas, y será mejor que dejar la moto al ralentí en el garaje.
Aunque arrancar la moto mientras está almacenada pueda parecer una buena idea, hacerlo de forma incorrecta puede ocasionar más problemas que soluciones. Es preferible prepararla adecuadamente antes de guardarla y dejarla en reposo hasta que llegue el momento de usarla de nuevo, evitando así daños innecesarios al motor.
Y si crees que debes arrancarla, déjala al ralentí hasta que alcance su temperatura de funcionamiento óptima. Eso implica que llegue a más de 80º y el motor pueda evaporar cualquier rastro de humedad.