De un momento para otro nos hemos vuelto americanos. O al menos en parte porque las dos ruedas que nos van a ocupar esta semana son más grandes y más largas de lo normal, hay mucho cromado y viene desde Estados Unidos. Concrétamente desde Milwaukee la Harley-Davidson CVO Breakout el súmmum de todo aquel que tenga aspiraciones a Ángel del Infierno motero duro y hortera a partes iguales.
Para quienes no lo sepan las siglas CVO significa que estamos ante una moto 100% original hecha a mano por el departamento Custom Vehicle Operations y equipada con el motor Big Twin Cam 110 y repleta de todos los accesorios premium que la marca tiene a disposición. Como es lógico, algo tan exclusivo tiene su precio y no me refiero al monetarios (que también) sino al límite de disponibilidad que implica una serie tan limitada y casi artesanal.
Harley-Davidson CVO Breakout: buscando las diferencias
Con respecto a la Breakout normal hay unas cuantas novedades que van más allá de una simple decoración de carrocería, el Screamin' Eagle es un tratamiento profundo tanto estético como mecánico. Si buscamos las diferencias entre la básica y la CVO Breakout tenemos para empezar que el motor recibe las piezas especiales necesarias para aumentar su cilindrada desde los 1.690 centímetros cúbicos hasta los 1.802 gracias a unos cilindros de mayor diámetro (de 98,1 a 101,6 mm).
No es el motor de última generación refrigerado por agua pero es uno de los motores clásicos que han sido renovados con motivo del 110 aniversario de la marca americana y que han conmemorado con el Project Rushmore. Entrega 91 caballos de potencia a 5.010 revoluciones por minuto y unos increíbles 151 Nm de par motor a 3.500 revoluciones. Unas cifras más que decentes para una moto de estilo custom.
El asiento es nuevo y aunque las formas sean similares el mullido sube 5 la altura hasta los 655 milímetros, una altura realmente baja. También el cuero que lo recubre es especial, está labrado siguiendo las formas de la pintura de la carrocería con un entramado de estilo tribal por los laterales y en el centro tiene un tratamiento que lo hace parecer desgastado. En el punto medio también tiene un logotipo que lo identifica como una pieza especial de la marca americana.
Un poco más atrás y más arriba el asiento del pasajero tiene una superficie disponible mucho menor. Además siguiendo el estilo custom podemos hacer monoplaza quitando con un sólo tornillo la parte del asiento destinada al acompañante, pero de eso ya hablaremos a su debido tiempo.
Volviendo a lo más obvio, la pintura que tiene la CVO Breakout es (nos guste más o menos) espectacular y encaja a la perfección con la gran cantidad de cromados que también son exclusivos de la CVO. De las tres combinaciones de colores ésta es la más llamativa sin duda ninguna con una paleta típica de Screamin' Eagle combinando dos tipos de naranja con los gráficos en negro. Pude ver en persona otra decoración en plateado con los gráficos en negro y detalles en naranja, mucho más sobria.
La pintura es de la línea Hard Candy Custom y pertenece también a las múltiples opciones de la marca. Se ofrece en opción en la Breakout en negro/gris con la Chrome Flake y tiene un coste de casi mil euros pero en la CVO Breakout viene de serie y podemos escoger entre ésta combinación naranja, la mencionada plata/negro y otra más que no he podido ver en persona que combina azul y gris con gráficos en negro.
También son propias de la CVO las preciosas llantas multi-radio negras con los perfiles pulidos que al mismo tiempo destajan y conjugan armoniosamente con el resto de la moto. Las dimensiones son exageradas tanto delante como detrás y marcan en gran parte el carácter de esta versión especial de la Breakout. Las medidas de los neumáticos son 130/60B21 para la goma delantera y un grotesco 240/40R18 para la trasera que casi queda plano calzado en una llanta tan ancha.
El depósito también es distinto, con una franja central en la versión normal que deja paso a otra más simple y cromada dejando una superficie mucho más limpia en la que cobran protagonismo la pintura y el nuevo logotipo con una calavera por encima de todo. Lo único que rompe la superficie del depósito es un tapón de llenado situado en el lado derecho que queda casi incrustado que hay que pulsar y girar a la izquierda para que salga a la superficie. Lo malo es que no dispone de llave.
De los otros muchos detalles que recorren la Harley-Davidson CVO Breakout destaca por el lateral derecho el filtro de aire cónico Screamin' Eagle, el sistema de escape 2 en 2 también es especial, el manillar de doble altura y gran tamaño o la instrumentación. Si nos ponemos a analizarlos todos uno por uno no acabamos en toda la semana.
El cuadro de mandos es pequeño pero al mismo tiempo muy, muy completo. Tiene un gran velocímetro analógico con los testigos por encima y algunos en su interior mientras que debajo una pequeña pantalla digital monocromática nos informa del nivel de combustible, marcha engranada, velocidad y un trip configurable con kilometraje total, doble parcial, consumo instantáneo, autonomía teórica y reloj horario.
Las nuevas tecnologías también se extienden hasta el faro delantero cuya iluminación se confía a un sistema de ledes. Quedan un poco raros en una Harley-Davidson pero iluminan de maravilla, además se integran muy bien en el conjunto y no dan el cante. Bueno, en realidad pocas cosas de ésta CVO Breakout que no llamen la atención, pero lo que importa es que mañana arrancamos.
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