
Lo de los radares cada vez evoluciona más rápido. Cada mes sale prácticamente una nueva idea. Y París se ha llevado la palma con la última: no, no es un radar más de esos que te cazan a 2 km/h por encima del límite en una cuesta abajo. Es un radar que literalmente te espía dentro del coche, o encima de la moto.
Los llaman "radares negros" y no porque sean siniestros (aunque un poco sí), sino porque son de color negro. Pero lo realmente interesante es lo que hacen.
Gracias, de nuevo, a la inteligencia artificial
En lugar de estar pendientes de si vas a 51 en una zona de 50, estos aparatos están diseñados para controlar quién viaja en los carriles reservados para coches compartidos, taxis y transporte público.
Básicamente, su misión es ver cuántas personas van encima de una moto (o dentro de un coche) y decidir si tienes derecho a usar ese carril especial o si eres un listillo que quiere ahorrarse el atasco, tal y como recoge el medio nacional Motomag.
Y aquí es donde la cosa se pone seria: no estamos hablando de una cámara normal y corriente, sino de un sistema con inteligencia artificial, cámaras térmicas y rayos infrarrojos que, según dicen, tiene un margen de error de menos del 1%.
La idea es que si te pillan haciendo trampas, la broma te va a costar 135 euros. Así que, si estás en París y piensas meterte en uno de estos carriles sin cumplir las normas, mejor piénsalo dos veces.
Ah, y por si esto no fuera suficiente, se está hablando de que en el futuro estos radares podrían detectar otras infracciones, como si vas con el móvil en la mano o sin cinturón dentro de un coche. Es algo así como el gran hermano sobre ruedas.
¿Llegará esta tecnología a España? Bueno, viendo que aquí nos encantan los radares y las multas, no sería raro que en unos años tengamos nuestras propias versiones espiándonos en las carreteras. A España ya han llegado los radares autónomos que estaban en Francia hace un par de años y de los que hablamos en su momento, imaginando que llegarían algún día aquí; por eso esta idea no sería tan loca.