Nacho Sanchis de farmacéutico al Dakar 2018: "Ni siquiera hemos podido probar la moto nueva"
Nacho Sanchis no estará en las quinielas para ganar el Dakar 2018 pero sin duda está en las de nuestra total admiración, por eso nos propusimos hablar con él para que nos cuente como está viviendo esta experiencia y cómo surgió la idea de participar.
Natural de Enguera, un pueblo de Valencia con apenas cinco mil habitantes, ha tenido que ir superando obstáculos (falta de patrocinadores, compaginar su trabajo con el entrenamiento...) para poder cumplir su sueño. Nos ha contado todo lo que no sabíamos sobre un piloto no profesional que se embarca en una aventura como esta.
La inscripción al Dakar entre dudas e incertidumbre
Nuestra conversación tuvo lugar pocas horas antes del día de inicio del Dakar 2018 y Nacho comentaba estar desbordado. "Esto es una batalla continua desde el 15 de julio. Dos días antes de darse la salida recogimos la moto del avión y el mecánico se ha quedado trabajando en ella toda la noche para poder pasar las verificaciones que son al día siguiente", afirmaba cansado pero muy motivado.
Con 38 años, Nacho Sanchís es un desconocido en el Dakar. Es más bien un aficionado venido a más que corrió por primera vez en la Bassella Race 2009. El valenciano comenta que "hacía tanto frío que no podía beber porque la goma del camelback estaba congelada y estuve dos meses sin sensibilidad en los dedos". Aquello le inoculó el veneno de los rallys a pesar de todo.
Merzouga fue el punto de inflexión para apuntarse al Dakar
En 2017 participó en el Rally de Merzouga, donde quedó el 50ª en la categoría de motos, para probar sensaciones ya que aún no sabía si quería participar en el Dakar. "Quería ir a ver qué tal era eso, cómo me sentía, si me gustaba o no y después decidir. Acabé la carrera y dije 'aquí no vuelvo y al Dakar no voy ni loco'". Pero en el coche empezó a pensar que "había conseguido terminar. El Merzouga lo había preparado en apenas dos meses escasos, para el Dakar tenía más tiempo. Tenía que seguir".
Tuvo dudas sobre el Dakar hasta el último momento, especialmente en lo relativo a los patrocinadores ya que "tenía dos ayudas pero una se cayó y me surgieron aún más dudas, decidí confiar en el otro y seguí". Con muchos miedos llegó el 15 de julio, día que recibió el e-mail de confirmación de que estaba aceptado como corredor del Dakar 2018 y sintió "mucha emoción. Estaba en el trabajo yo solo en la rebotica de la farmacia y me puse a llorar. Fue algo muy bonito y que siempre quedará dentro de mí"
El trabajo, el principal problema a la hora de prepararse
La preparación para llegar hasta a estar en la salida en Lima no fue nada fácil. Debía compaginar su profesión con los entrenamientos, incluso con una guardia el día de Nochevieja que no le permitió ni comer las uvas con su familia. "Tenía muchas cosas que ultimar, trabajo pendiente que solucionar para poderme ir tranquilo. Yo me debo a mi trabajo y gracias a él puedo estar aquí", nos comenta muy orgulloso de lo que ha conseguido.
En sus entrenamientos como piloto no profesional trataba de hacer mucha bici de montaña y gimnasio, la moto de enduro, algo de motocross y alguna carrera de navegación. Para prepararse se buscó un entrenador de la talla de Álvaro Lozano, ex piloto profesional de motocross al que sólo podía ir dos veces por semana.
Para el Rally Dakar, Nacho Sanchis forma junto a Fran Gomez el Indupanel Dakar Team y, al contrario de los grandes pilotos, sólo cuentan con un mecánico para los dos: Augusto Ribeiro. Al ser un equipo modesto tienen ciertas desventajas, como que no pudieron enviar las motos en el barco al no poder acabarlas a tiempo y viajaron en el mismo avión que ellos "lo cual supuso un sobrecoste tanto el enviarlas en el avión como después sacarlas en la aduana de Perú", señalaba.
Parte del material sí que partió el pasado 23 de noviembre desde el puerto de El Havre, en Francia. "Tenemos una autocaravana cedida por un patrocinador en la que metimos mucha equipación para llevar menos peso en el avión con nosotros". En el equipaje que viajó con él tampoco había espacio para más: el resto de la ropa de moto, otro casco, un collarín y toda la ropa interior y técnica..
Las salidas con sus amigos los domingos le servían de entrenamiento
Nacho Sanchis sabe que el Dakar es una prueba dura mentalmente por lo que para prepararse ha contado hasta con la ayuda sus amigos: "Cuando salgo con ellos en moto buscamos zonas de dificultad para acostumbrarme a sufrir y pelear por conseguir los retos. Haber vivido situaciones críticas en algunas carreras de enduro te va curtiendo". Además también probó con el coaching de la mano de un amigo.
Para enfrentarse a este reto ha encontrado en sus amigos un fuerte apoyo, incluso en su padre. "Él nunca me había apoyado en las motos porque no le gustan. Cuando se enteró de que iba a correr el Dakar se preocupó mucho, no le sentó muy bien y es uno más a mi lado".
Todos los factores a tener en cuenta en el Dakar
En cuanto a su montura, se trata de una Honda CRF-X de 450 cc de 2017 que ha desarrollado su mecánico y que estrenará en el Dakar 2018. "Es una moto nueva y la mecánica está impoluta, pero no la hemos podido probar y puede surgir algún problema inesperado", aunque si surgen problemas confía plenamente en la experiencia y buen hacer de su mecánico Augusto.
También es consciente de que la moto no lo es todo. A nivel personal Nacho se ve completamente capacitado para completar la prueba y no duda de su capacidad porque "soy una persona de carácter fuerte, luchadora, a la que en la vida nadie le ha regalado nada. Todo lo que he conseguido has sido por méritos propios".
Considera que su pilotaje es de un nivel medio-alto, aunque hasta los 25 años estuvo jugando a fútbol y no fue hasta entonces cuando se aficionó a la moto. Sabe que no puede compararse con pilotos de primer nivel pero es algo que no le preocupa.
Físicamente sabe que no está al cien por cien por no poder entrenar al nivel que lo hacen los mejores ni con la misma dedicación. "Salía de la farmacia a las tantas de la noche para poder ir a entrenar al día siguiente", comenta.
El objetivo que esperan cumplir tanto él como su compañero está claro: llegar a meta el próximo día 20 en Córdoba. Saben que es difícil, especialmente cuando se juntan otros factores que no puede controlar el piloto, como el terreno: "Marc Coma ya nos avisó, que quería que los españoles hiciéramos muchos kilómetros de arena entrenando, los cuales no he podido hacer por mi trabajo y mi familia".
Confía plenamente tanto en su equipo como en él mismo
Las dunas y la arena no son lo único que preocupa a Nacho; también está la altitud. "La gente se prepara para disminuir el mal de altura durmiendo en sitios en altura o en cámaras de hipoxia y es otro factor más que no he podido entrenar", aún así no quiere dar pena y declara no tener miedo.
Para una persona como él el simple hecho de estar en la salida del Rally Dakar es todo un éxito y quiere recordar que hay "mucho trabajo y mucho sacrificio detrás" y el desenlace de carrera es lo de menos. "No quiero olvidar que es mi primer Dakar, vengo con la 'L' de novato y tengo que ir muy tranquilo, saber quién soy y tener los pies en el suelo sin cometer riesgos, cuidando la mecánica" es la receta que lleva para poder cumplir su objetivo.
Tras tanto esfuerzo y rozando con la punta de los dedos su sueño Nacho Sanchis sólo tiene una petición para los aficionados y es recibir "el apoyo de todos, porque se agradece y te da fuerzas para seguir con esta lucha".
Nosotros no podemos negarnos a esa demanda y desde el equipo de Motorpasión Moto le deseamos mucha suerte. Estamos seguros de que pase lo que pase será una experiencia que le marcará y recordará el resto de su vida.