Las nuevas formas de desplazamiento por la ciudad, patinetes eléctricos, bicicletas eléctrica o lo que es lo mismo, Vehículos de Movilidad Personal (VMP) han supuesto un aumento directo de la siniestralidad. Solo el año pasado se registraron casi 7.000 víctimas y aportaron al total de usuarios vulnerables fallecidos en vía urbana el 10% del total.
Entre las principales razones que se barajan para ello es la falta de una normativa homogénea o el desconocimiento de la misma por parte de los usuarios. Pues bien, de seguir con esta tendencia, un estudio de Fundación Línea Directa pronostica que la siniestralidad urbana podría causar hasta 5.500 muertos en las ciudades españolas de aquí a 2030.
Datos muy preocupantes tras el estudio
El análisis ha sido elaborado junto a Fesvial y está basado en 1.700 entrevistas a ciclistas y usuarios de VMP con edades comprendidas entre los 18 y los 75 años que viven en el territorio español.
Entre los datos que se han podido registrar y extrapolar a la población, llama la atención que más de 17 millones de españoles (44%) reconocen ser usuarios habituales u ocasionales de un VMP o de una bicicleta eléctrica y que un 60% ve probable usarlos a corto plazo.
Este aumento de usuarios se debe principalmente al incremento del precio del combustible y las restricciones urbanas a los coches. Sin embargo, el estudio también arroja una conclusión clara, las nuevas normas de circulación aprobadas no acaban de gustar a una parte de los usuarios de los patinetes eléctricos.
Y es que según los datos recabados, el 38% afirma que dejará de usar su VMP por la exigencia del casco, otro 50% no cogería más su vehículo si les exigieran matricularlo o registrarlo y el 24% dejaría de utilizarlo por la prohibición de circular por las aceras. Este último punto se está tratando de solucionar con métodos revolucionarios como el de la empresa de alquiler de patinetes Bird, que desactiva las funciones del vehículo si detecta que circula por la acera.
Al preguntarles en relación al cumplimiento de las normas y recomendaciones de la DGT, las cifras son aun más preocupantes ya que, por ejemplo, el 50% de los usuarios de VMP reconoce que circula sin casco, el 73% lo hace en alguna ocasión por la acera y el 45% ha sobrepasado en alguna ocasión los límites de velocidad establecidos para estos vehículos (25 Km/h).
Esto ha conllevado a que casi el 9% de los españoles tras ser preguntado en el estudio haya reconocido haber tenido un accidente o una caída con un VMP, siendo la Comunidad de Madrid, Extremadura y Castilla y León las comunidades donde se concentran más siniestros relacionados con estos vehículos.
En este sentido, las nuevas formas de movilidad urbana han supuesto un aumento de la siniestralidad: desde 2011 a 2019 (excluyendo 2020) alcanzó el 42 %, produciendo casi 4.700 muertos (+13,5 %), según el estudio. Los ciclistas y usuarios de VMP registraron casi 7.000 víctimas en 2021 y aportaron el 10 % del total de usuarios vulnerables fallecidos en vía urbana.
Unas cifras que podrían empeorar como asegura Mar Garre, Directora General de la Fundación Línea Directa "de no seguirse las recomendaciones y normas de la DGT".
De acuerdo al estudio, la nueva cultura del desplazamiento urbano podría causar 5.500 muertos en las ciudades españolas entre 2021 y 2030, lo que supondría 831 víctimas más que en la década anterior (+18%).
Además, de mantenerse la tendencia actual, la accidentalidad urbana podría superar al final de la presente década los 700.000 siniestros (+24%) y el número de lesionados las 850.000 víctimas (+22%).