El fichaje de Marc Márquez ha traído, trae y seguirá trayendo cola. A medidas que pasan los horas y los días se van conociendo más detalles de uno de los contratos más importantes de la historia de MotoGP: el del 93 por el Ducati Lenovo Team para las temporadas 2025 y 2026.
Un contrato que se decidió en un fin de semana: el de Mugello. Los italianos quisieron ser justos y trataron de no poner peso a la balanza, intentando que fuesen los dos pilotos quienes decidiesen a qué moto se subía. La propuesta iba por los derroteros de jugarse el asiento en pista. Pero Marc Márquez no acepta condiciones. Y ha ganado el órdago.
Ducati quería decidir en Valencia quién se subiría a la moto de Bastianini
Marc Márquez se sentó a hablar en los micrófonos de 'El Larguero' el mismo día del anuncio de su fichaje. Allí aclaró muchas dudas, y confirmó el plan inicial del equipo oficial de Ducati para subir a uno de los dos a la moto de Bastianini. Y quizá fue lo que menos gustó al 93.
Al parecer, Ducati propuso a Marc Márquez y a Jorge Martín que se jugarán su asiento la pista. Quien ganara el mundial, quien se proclamase mejor que el otro en Valencia, se quedaba con la moto. Más o menos: Martín habría sido el elegido, pero si Marc hubiese ganado, se llevaba la moto él, y Martín seguiría en el PRAMAC.
A Martín pareció gustarle la oferta, porque aceptó, pero no así a Márquez, que la terminó declinando, lanzando un órdago del que finalmente salió victorioso.
"Una razón y la principal es que si te lo tienes que ganar en pista tienes que tener las mismas armas. Y ahora no las tengo", realzó el 93 al respecto, que justifica que "no es excusa, estoy demostrando ser competitivo, pero ahí no las tenía".
Si la jugada no le salía bien, tendría que quedarse otro año más en el Gresini, y eso no es lo que quería: "Tenía muy claro que no iba a cambiar de un equipo satélite a otro", recalca.
No era el único motivo. Los patrocinadores y el dinero también eran cuestión importante: "El tercer punto es que cuando hablas de deportistas no solo hay contratos deportivos, hay acuerdos con patrocinadores que me han seguido toda mi carrera deportiva y una multinacional cierra los presupuestos en septiembre para los dos próximos años, no puedes estar con los patrocinadores en noviembre decidir 'ahora sí, ahora no, a lo mejor el año que viene'... Era inviable".
Inevitablemente eso ha dejado a Martín en la estocada, que ha tenido que huir a Aprilia ante las calabazas de Ducati. El 93 dice que él "no se alegra de que un piloto se quede sin moto" pero que "en el deporte, en las profesiones, uno tiene que ser egoísta a veces, buscar lo mejor. Y en este caso lo mejor es la moto roja, la que he conseguido. Ahí tienes que jugar todas tus cartas".