ANESDOR, la Asociación Nacional de Empresas del Sector Dos Ruedas, ha trasladado al Gobierno el malestar de las empresas a las que representa ante la falta de soluciones en lo referente al etiquetado ambiental de las motocicletas.
Muchas de estas empresas se quejan de que las motos que se comercializan actualmente están recibiendo la misma etiqueta que las de hace 15 años a pesar de ser significativamente más sostenibles. El sector considera que se puede modificar el etiquetado de las motos nuevas sin que esto afecte a otros segmentos de la automoción.
Desde la asociación piden una nueva etiqueta para los Euro5 o incluirla en los Eco
El sector de las dos ruedas sigue buscando nuevas soluciones a las conflictivas etiquetas medioambientales. ANESDOR pone que las motos que se están fabricando actualmente bajo las estrictas normas Euro5 reciben la misma etiqueta, (la C), que las matriculadas en 2007.
Un hecho que ocurre a pesar de ser éstas últimas significativamente más sostenibles que las del 2007. El sector considera que esta situación perjudicial que afrontan tanto empresas como usuarios podría subsanarse sin que fuera necesario hacer una modificación general para todos los segmentos de la automoción.
La primera solución que han propuesto ha sido la posibilidad de que las motos Euro5, reciban la etiqueta ECO, actualmente desierta en este tipo de vehículos. Otra de las opciones que han propuesto sería que se las catalogara bajo una nueva etiqueta "D" de creación específica para el sector.
La etiqueta C actualmente incluye a las motos desde la etapa Euro3, que se introdujo en el mercado en el año 2006. Desde entonces, los límites de emisiones se han reducido en un 60% en monóxidos de carbono (CO) y en 71% en hidrocarburos y óxidos de nitrógeno (HC+NOx). El esfuerzo de los fabricantes para conseguir este salto tecnológico contribuye a la sostenibilidad y eficiencia de los vehículos que tienen a su disposición hoy en día los ciudadanos.
Por eso, la asociación cree, a su propio juicio, que hay que modificar la clasificación teniendo en cuenta que en 2023 todos los municipios de más de 50.000 habitantes tendrán que disponer de una normativa de restricción de acceso al centro de las ciudades.
También hay que recordar que las etiquetas de las motos y los coches no son equivalentes. La clasificación desarrollada por la DGT en 2016 distribuyó los distintivos por categorías dentro de cada tipo de vehículo. Una medida que la inmensa mayoría de los municipios desconoce y aplica las normas basándose exclusivamente en la categoría, lo que es una injusticia manifiesta ya que los principales perjudicados son los vehículos ligeros.
ANESDOR considera que debe ser una prioridad de la Administración ofrecer facilidades de acceso a las ciudades a los vehículos más sostenibles ya que esto contribuirá a mejorar la calidad del aire. Adicionalmente, los vehículos nuevos presentan también ventajas en el ámbito de la seguridad vial ya que estos cuentan con más y mejores sistemas de asistencia al conductor.
Desde el Gobierno se estaba trabajando en un plan para modificar las etiquetas y poder ajustar las categorías. Sin embargo, Pere Navarro, director general de Tráfico, confirmó en un simposio del Observatorio de la Movilidad organizado por El Español-Invertia, que no era "el momento oportuno".
Y es que dada la crisis que asola al sector de la automoción, con varios frentes abiertos en lo últimos tiempos y que acusa las ventas (transición ecológica, la crisis del coronavirus y ahora la de la carencia de microchips), se ha tomado la decisión de no seguir adelante con la revisión de las etiquetas medioambientales, tanto para coches como para motos. Se espera por tanto que la revisión se pueda hacer en la siguiente legislatura del Gobierno, algo que sigue sin convencer a las asociaciones.
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