En este país carril bici es sinónimo a controversia o polémica. Hay quienes van a estar muy de acuerdo con la medida y hay quienes no. Y también tienen tintes políticos; tanto que en las últimas elecciones la creación o modificación de carriles bici ha sido una reiterada promesa en muchos de los programas presentados.
La mano libre que se ha dado a los ayuntamientos para legislar sobre los carriles bici ha provocado que cada ciudad se vea sometida a cambios constantes y dispares: Madrid, Valladolid, Valencia... La sensación es que faltan criterios comunes en todo el territorio nacional, por eso el Gobierno responde ahora para unificar criterio.
La guía construye una pirámide de velocidad: primero el peatón, luego la bicicleta
Con 8.131 municipios en España es normal que cada uno trabaje de una forma distinta. Unos quitan, otros ponen, más grandes, más pequeños, que discurran por la calzada o no, la velocidad... Ahí está el problema con los carriles bici: una falta de criterio por parte de un organismo superior.
Parece que la demanda de los ayuntamientos ha sido escuchada por el Gobierno. Para avanzar en la movilidad en las ciudades hay que contar con un claro criterio sobre cómo ha de ser un carril bici. Algo así sucedió con las ZBE, para la que tuvieron que sacar adelante las Directrices para Creación de Zonas de Bajas Emisiones.
Ahora el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) hace lo propio con los carriles bicis, sacando la Guía de recomendaciones para el diseño de infraestructura ciclista. Se acabó el criterio dispar con los carriles bici.
Aunque no son más que recomendaciones, será una buena guía para los ayuntamientos. Las ciudades podrán tener claro, entre otras cuestiones, el ancho que debe tener la vía ciclista para que se pueda circular cómodamente, la integración en el entorno, separación del tráfico de motor o indicaciones sobre señales e iluminación.
Estos criterios técnicos alcanzarán (o al menos lo pretenden) un estándar en todas las ciudades para que todas las ciudades gocen de carriles bici homogéneos.
Las medidas
Se acabó el debate: los carriles bici ocuparán la calzada "a costa del espacio ocupado por los vehículos de motor" Se acabaron las aceras-bici, que ni siquiera "deben plantearse".
A pesar de compartir calzada, el carril bici estará segregado completamente del tráfico rodado. El Gobierno propone bolardos u otros elementos como elementos de plástico o piezas de hormigón. Además, no quieren que se utilicen las pintadas viales, que no son un elemento de contención. Por otro lado, aconsejan utilizar bandas de servicio.
Al compartir calzada, aconsejan que los vehículos tengan que limitar su velocidad a un máximo de 20 km/h, además de disponer de pavimento especial (adoquines, por ejemplo).
Reducir a 20 km/h no será una simple señal vertical. La guía propone que se interfiera físicamente en la circulación del tráfico motorizado a través del estrechamiento de carriles, marcas viales (dientes de sierra) o adoquines. También se fomentará otro tipo de construcciones como los espacios zig-zag.