Una de las motos más peculiares de Reino Unido y mundialmente conocida es esta Kawasaki. Aunque poco queda de sus orígenes, porque más bien parece un transformer. La apodan la reina de las concentraciones porque suena, parece y es una bestia. Igual tienen algo que ver los 48 cilindros que equipa bajo el alargado depósito.
Lo de la película Transformers no era en vano: esta moto nació de 16 mecánicas de las Kawasaki KH-250. Su propietario lleva años llevándola a salones y concentraciones hasta que consiguió meter a la moto en el Libro Guinness de los Récords. Y lo mejor de todo: que está homologada para circular por la calle, y de vez en cuando sale a dar una vuelta, aunque no le sale nada barato.
4.200 cc de puro ruido
Se la conoce como la Whitelock Tinker Toy, en honor a su dueño, Simon Whitlock. El británico consiguió darle a esta moto el récord del vehículo funcional con mayor número de cilindros del mundo en un garaje sin más que ayuda que sus conocimientos.
La base de la moto es una Kawasaki 250 S1. Una moto de la que poco queda, aunque en sus orígenes era pequeña, y estaba equipada con un motor de tres cilindros y 250 cc que rendía 31 CV. Para prueba, mira cómo ha cambiado: ¡escucha cómo la encienden y cómo suena!
Ahora la transformación es brutal, hasta el punto de que el piloto casi no llega a agarrar el manillar desde el asiento. Su voluminoso aspecto se debe a seis filas de ocho cilindros S1 extraídos de los 16 motores de dos tiempos de las Kawasaki KH-250. Todos y cada uno de los cilindros se unen a la misma transmisión donada por una BMW K100 que da vidilla a la rueda trasera.
Sumando los 48 cilindros en esta moto, suponen 4.200 centímetros cúbicos. Lo mejor de todo es que todo está en papeles y es legal. Se puede circular con ella por carretera, y está homologada para ello, según se recoge en el libro de los récords.
Aunque en vez de 48 cilindros cabría decir que tiene 49 porque tiene un motor extra de dos tiempos de 125 cc que sirve de motor de arranque, y no tiene batería. Antes de eso, el inglés intentó utilizar otro de 50 cc para ahorrar espacio, pero no fue capaz de hacerla arrancar, por eso se decidió por uno de 125 cc.
Todo lo que ves está hecho a mano por el propio hombre. Desde el sistema de combustible, pasando por el escape, hasta el acelerador y el sistema de encendido. Todo es una mano de obra artesanal. Para la frenada confió en los frenos y horquillas de una Honda Goldwing que fuese capaz de hacer parar a la moto, a lo que tuvo que añadir un muelle adicional para soportar el peso.
Entre el peso de la caja de cambios y el motor ya solo pesa más de 400 kg. Casi 600 kg de moto si sumamos el conjunto.