Parece que en los últimos meses estamos viendo como el motociclismo británico parece que empieza a renacer con la presentación de algunos modelos que dan mucho que hablar. A primeros de noviembre, la Ariel Ace R hacia acto de presencia como una exclusiva supernaked de alto rendimiento (y precio, para que nos vamos a engañar). Poco después apareció la Norton V4, esa hypersport que nos dejó a todos con la boca abierta.
Ahora es el turno de la Hesketh Sonnet, una bicilíndrica ¡y que bicilíndrica!, procedente de las islas con éstilo café racer y un secreto alojado dentro del chasis que es muy pero que muy particular.
La Hesketh Sonnet no deja ningún detalle al azar
Para todos aquellos que también sean aficionados a las carreras de Fórmula 1 o que simplemente hayan visto la película Rush, la marca Hesketh debería de sonarles de algo. Se trata de la escudería de F1 propiedad de Lord Alexander Hesketh con la que James Hunt hizo su debut en la competición en el año 1974.
A finales de los 70, Hesketh decidió embarcarse en la aventura de fabricar motos con lo que él llamaba la “Rolls-Royce de las motocicletas”. La verdad es que la suerte no estuvo del lado del noble inglés y Hesketh Motorcycles no tuvo el feliz final que hubiese deseado.
Pero, sin embargo, en los últimos años, la marca ha vuelto a la actualidad con la producción de la Hesketh Sonnet. Se trata de una edición limitada con estilo retro y propulsada con un musculoso motor V-Twin que debería estar lista para la primavera de 2017 con un precio entorno a los 30.000 euros.
Lo más impresionante de la Sonnet es sin ningún lugar a dudas su motor. Se trata de un bicilíndrico en V de 56° refrigerado por aire y que tiene una capacidad de ¡2.163 cc! Desarrolla una potencia de 145 cv y 210 Nm. A partir de 3.000 rpm ya tendremos disponible todo el par motor ¿será suficiente para vencer a la Enérgica Ego en una carrera de aceleración?
Como es de esperar, la ligereza no es el punto fuerte de esta moto y la Hesketh Sonnet alcanza en la báscula los 235 kg en seco. Esto se traduce en que su velocidad máxima es de 230 km/h, y no es algo que nos pueda quitar el hipo, pero es suficiente siempre y cuando respetemos los límites de velocidad.
Parar todos esos kilos no debe ser tarea fácil, por eso la Sonnet monta un sistema de frenado Brembo con discos delanteros de 320 mm, ayudados por una suspensión K-Tech totalmente ajustable. Aunque parezca mentira, las llantas son de fibra de carbono y visten unos neumáticos Avon Ultra Sport 2D.
Pero si dejamos de pensar en la cantidad de centímetros cúbicos de su motor, nos daremos cuenta con la obsesión que han tenido por el detalle en esta moto inglesa. La carrocería está realizada en aluminio trabajado a mano y nada se ha dejado al azar en este diseño, y si el objetivo era construir verdaderamente la Rolls-Royce de las motos, verdaderamente lo han conseguido.
No te pierdas la galería porque cada detalle te transportará a las altas esferas de mediados del siglo pasado.