Hace poco veíamos en Motorpasión al inventor de la curiosa rueda cuadrada para bicicletas. Tenía poco de revolucionaria porque sí, funcionaba, pero nada más. Pues su creador, un youtuber, ha vuelto a las andadas... Y esta vez el invento es todavía más bizarro.
'The Q' (así se llama el creador de contenidos) ha fabricado una bicicleta artesanal con una rueda triangular. Lejos de ser práctica, es casi más llamativa que su otro invento cuadrado, pero no solo llama la atención, sino que es capaz de funcionar eficientemente.
No tiene ninguna cámara de aire, sino que es una madera con recubrimiento... ¡Y funciona!
Estamos de acuerdo en que hay inventos que no tienen ni pies de cabeza, pero buscan entretener. Es el curioso caso de esta rueda que desafía las leyes de la física. Han pasado más de 200 años desde que la bicicleta mantiene el mismo diseño estructural (desde 1816 que llegó la primera), así que alguien se ha propuesto darle una vuelta de tuerca (otra vez) al concepto.
Tal y como recordamos en el otro artículo, la invención de la rueda redonda como tal data de hace más de 6000 años. Si bien no se sabe quién fue su inventor tiene su origen en Mesopotamia, después de que los seres humanos utilizaran troncos cilíndricos de árboles para mover grandes pesos. Luego comenzó a llegar progresivamente a las bicicletas, a los coches, a las motos…
Mientras el rendimiento y los materiales han ido variando, la esencia siempre ha sido la misma. En su labor por reinventar la rueda 'The Q' se abre paso en la historia a golpe de extravagancia. Primero con la rueda cuadrada, y ahora, con la triangular.
En este caso el youtuber se volvió a sentar en el escritorio para idear una rueda triangular, y lo mejor de todo es que fue capaz de llevar adelante el invento. Sobre papel parece imposible hacer rodar una rueda triangular, ¿cierto? Tiene truco.
Para ello pensó y dibujó una rueda de madera revestida con material de llanta que él mismo se ocupó de fundir. Es decir, que no utilizan ningún tipo de aire ni se hincha. Básicamente unió bandas de tubos pequeños con rodamientos en el interior, y para mantenerse firme sobre la bicicleta la parte inferior del cuadro no está fija, sino que rebota para amortiguar.
Por sí misma la rueda en forma de triángulo no es capaz de rodar fácilmente. Para ello ancló al cuadro de la bicicleta un par de brazos articulados en forma de rodillo que permite girar con cierta soltura y facilidad.
¿El propósito? Ninguno. Solo quería impulsar la bicicleta sin experimentar movimientos bruscos ni sobresaltos, como se podría esperar de una rueda triangular. La velocidad parece aumentar en el momento en el que pasan del vértice en forma de triángulo, pero se estanca una vez lo sobrepasa. ¿Estamos ante el Albert Einstein de las ruedas de bici?