En los últimos años cada vez vamos viendo más bicicletas asistidas con motores eléctricos en las grandes ciudades como alternativas a los coches y motos a la hora de mejorar la movilidad y luchar contra la contaminación en las principales urbes.
Sin embargo, la electricidad no es la única posibilidad para llevar a cabo estas soluciones que tan necesarias son a día de hoy en grandes zonas urbanizadas. Otra respuesta a ese problema es la T-Bike Proto, una bicicleta propulsada por un pequeño motor… ¡de gasolina!
Más autonomía y menos tiempo de repostaje que las bicicletas eléctricas
Es precisamente en el motor donde la T-Bike presenta el cambio respecto a lo que estamos acostumbrados a ver en los últimos años. Si la mayoría de ciclos con asistencia al pedaleo están basados en pequeños motores eléctricos con baterías como la Bultaco Albero, el asistente de la T-Bike es un pequeño motor térmico de 25 c.c.
Este motor térmico no es demasiado potente, pero tiene 1 CV de potencia que nos ayudará a desplazarnos reduciendo el esfuerzo necesario. El propulsor de cuatro tiempos tiene un consumo muy reducido, de sólo 1,1 litros a los 100 kilómetros.
La otra ventaja de la T-Bike es su autonomía, ya que a diferencia de las baterías eléctricas, cuando se nos acabe la gasolina no tendremos más que parar en una gasolinera que tenga gasolinas E5-E40 (con bioetanol) y llenar el depósito. Si nuestras piernas nos lo permiten, podremos así seguir pedaleando habiendo parado solo unos minutos en lugar de las horas que necesitaríamos para cargar una batería.
El motor de la T-Bike está ubicado tras el sillín en un top case adaptado. Este factor podría llegar a afectar al manejo, ya que desplaza mucho peso a la zona más alta de la bicicleta. En total, el sistema de propulsión alcanza los 8 kg. Por otra parte, la ergonomía se puede ver algo mermada por el hecho de llevar un motor de combustión interna tan cerca del cuerpo generando calor.
Este pequeño motor de gasolina, que funciona de manera constante una vez puesto en marcha de manera manual mediante un tirador, puede ser montado en distintos tipos de bicicleta, aumentando así su adaptabilidad a los gustos de distintos usuarios. A pesar de que el primer prototipo de la bicicleta propulsada por un motor térmico haya sido construido con una mountain bike, las posibilidades en este sentido son amplias.
Por último, cabe destacar que la T-Bike ha sido diseñada teniendo en cuenta las normativas vigentes y aplicables a este tipo de vehículos, contando con la homologación necesaria por parte del fabricante. Si tienes 2.900 euros podrás conseguir tu prototipo de la T-Bike, aunque el precio final dependerá de las necesidades y materiales que quieras equipar.
Fotos | Baldo Carrillo
Más información | T-Bike Proto