Vivimos en un mundo en el que prácticamente todo es inteligente o 'smart'. Lo son las televisiones, las lavadoras, las persianas, los teléfonos... Y las autovías. Una compañía norteamericana respaldada por Google va a poner en marcha la primera autopista inteligente de América, y es el futuro de lo que está por llegar.
Una descomunal infraestructura que requiere un despliegue enorme, pero que de momento, solo tendrá cinco kilómetros de longitud. Sensores, cámaras y mucha tecnología nos controlarán e incluso podrán salvar la vida en el futuro más inmediato.
Google está en la ecuación
La Inteligencia Artificial (IA) está copando absolutamente todo, hasta las autopistas. En Estados Unidos está a punto de debutar la primera de muchas autopistas inteligentes. La empresa está respaldada por nada menos que la empresa matriz de Google, Alphabet.
Cómo funcionará una autopista inteligente. La 'gracia' o el punto de estas autopistas son unos postes que se sitúan cada dos kilómetros aproximadamente. Cada uno de ellos está equipado de tecnología hasta arriba; sensores, ordenadores y equipos de comunicación.
Y por supuesto, cámaras. Estas leerán todo lo que sucede en la carrera. Todo ello al mismo tiempo dará una visión en forma de datos que la IA transformará en un algoritmo para identificar todo tipo de actitudes de la vía: peligros, condiciones, etcétera.
En qué afecta al usuario. En principio, el usuario circulará por ella y casi no se dará cuenta de que es inteligente. Lo percibirá todo a través de su sistema de navegación, que muchas motos ya empiezan a equipar de serie. Pero también se podrá a través de teléfonos móviles, ha especificado la empresa.
Estos datos se reflejarán ahí, y proporcionan información como posibles accidentes, mejora del flujo de tráfico y proporcionar tiempos de respuesta de emergencia más rápidos.
La etapa piloto estará en marcha en nada, y durará de tres a cinco años. Luego, se prevé ampliarla a más de 60 kilómetros. El objetivo, dicen, es tenerla lista "para vehículos completamente automatizados". De esta forma, el conductor del coche o moto se olvidará prácticamente de conducir; muchos lo consideran un sacrilegio, otros, una comodidad.
En el mundo de las motos esto ya no es tan raro. No tenemos más que fijarnos en la marca número uno del mundo, Honda. Los japoneses patentaron hace no mucho un sistema de motos que se conducen solas, y tienen una ristra de sistemas preparados para llevarlo a cabo. Una combinación de ayudas que se compenetran. Un compendio de varias tecnologías ya presentadas por los japoneses en ocasiones anteriores, como la Riding Assist (2017).
Así que el futuro no parece tan distópico como se planteaba hace unos años. Y hasta en algo tan manual como en las motos empieza a cobrar sentido.