La historia es bastante sencilla. Por un lado, tenemos a Stefan Everts, diez veces campeón del mundo de Motocross, y por el otro ado, Sébastien Loeb, cinco veces campeón del mundo de Rallyes. A Everts lo subimos en una KTM 450smr, y a Loeb, en el Citroën C4 WRC. Por delante, el Wal (Mur de Grammont), instantánea típica del Tour de Flandes. El que llegue primero, gana. Así de sencillo. El perdedor, por su parte, tiene que limpiar el vehículo de su oponente.
El escenario, es una subida estrecha de adoquines, que para mayor dificultad, se encontraba completamente mojada para el día del enfrentamiento. Cincuenta caballos frente a ¿trescientos? Dos ruedas contra cuatro, propulsión trasera contra tracción a las cuatro ruedas. ¿Os atrevéis a hacer apuestas? El vídeo os sacará de dudas.
¿A que no os lo esperabais? Yo la verdad, es que tampoco. ¿Y si hubiese sido en seco?