El airbag es uno de los inventos revolucionarios en la seguridad del motero. Y eso no es ninguna afirmación a la ligera. Ha sido uno de los avances más prodigiosos en los últimos tiempos tanto para pilotos profesionales como para motoristas de calle.
Su eficacia ha sido testada más que de sobra en los pilotos de MotoGP, y por extensión, al resto de competiciones. Nunca está de más comprobar de primera manera cómo de eficiente es esta tecnología aplicada por motoristas de calle, y las diferencias entre tenerlo y no tenerlo puesto en un accidente entre coche y moto.
La eficacia del airbag, a prueba con estos casos reales
Que la Dirección General de Tráfico (DGT) quiera equiparlo obligatoriamente a los motoristas de la Guardia Civil o que no paren de llegar propuestas de airbag de lo más estrambóticas incluso en forma de paracaídas es una muestra de lo importante que es su uso en la calle.
Lo más cómodo y habitual es comprar una chaqueta de moto que directamente equipe algún tipo de tecnología airbag. En el caso de Dainese encontramos las D-air, o en el caso de Alpinestars las Tech-Air.
En cualquier caso el funcionamiento es prácticamente idéntico: cada chaqueta incluye una unidad electrónica que analiza los datos emitidos por diversos acelerómetros y giroscopios mil veces por segundo. Y si recibe información que detecte una caída... La bolsa de aire se infla en milésimas de segundo.
Dainese lo define incluso como un "escudo protector del cuerpo". A través de millones de microfilamentos que conectan las dos paredes del airbag se crea ese escudo que salva vidas. Accidentes, golpes, caídas... Y para hacernos una idea de lo eficientes que son, el vídeo de los americanos de Donut. No hay mejor manera de testearlo que particulares poniendo casos extremos. Aunque puedes ver el vídeo, te resumimos aquí lo importante.
A riesgo de parecer una bravuconada, los chicos cogen una palanca metálica y un martillo y sacan el airbag de la chaqueta. Ya puedes imaginar el resto: la machacan a golpes y ni con esas, se acaba rompiendo. Y a riesgo de parecer poco, lo rematan con un amortiguador de coche.
Sin embargo, lo interesante de esto es la información técnica que aportan: un golpe como el que han dado equivale a una fuerza de 50 Julios... Ten en cuenta que un golpe de 25 Julios es considerado una cifra mortal. Pues el airbag es capaz de reducir es fuerza en un 85 %, pasando de romper un hueso entero a simplemente provocar un rasguño.
La prueba definitiva viene en la recreación de un accidente real. La idea es simple: dos escenarios muy bien detallados. En el primero un motorista choca contra un coche estacionado, primero con el airbag desactivado y luego con él activado.
El resultado es más que visible: con él desactivado y chocando frontalmente con el capó del coche. En el segundo caso, cuando la tecnología está encendida, el airbag ya se ha activado antes incluso de golpear el capó del coche y aislando el pecho del muñeco.
El último escenario es el más determinante. Simulan un choque por alcance en el que un coche impacta a una motocicleta por detrás. Y aquí las diferencias son aún más claras y sustanciales. Con la moto en parado, el golpe y la ausencia de airbag provoca que la espalda cuello y cabeza del motorista impacten contra el capó del coche. Seguramente sea un golpe mortal.
La diferencia con el airbag activado provoca un escenario totalmente distinto. El capó del coche impacta contra el airbag y previene a la cabeza de y espalda ser golpeadas, eyectándole, pero no golpeándole de una manera tan brusca y protegiendo las partes delicadas.