Hubo una época en la que firmar un contrato en MotoGP era sinónimo de ley. Vincularse a una marca o fabricante durante una serie de años conllevaba la obligación de cumplir con ese acuerdo, pero aquella época quedó atrás. Ahora romper los contratos se ha convertido en la norma en MotoGP, y Marc Márquez solo es el último ejemplo.
En los últimos cinco años hay ocho casos de pilotos que firmaron un contrato para correr con una marca en MotoGP y finalmente no lo hicieron. Y la cuenta puede engrosar en los próximos días, ya que Honda está buscando el sustituto de Márquez en la parrilla. La credibilidad de un contrato en MotoGP está a la baja.
Márquez, Viñales o Rins solo son algunos de los ochos casos que han pasado en el último lustro
El último caso es el de Marc Márquez. El piloto español tenía contrato con Honda hasta finales de 2024, pero lo ha roto antes de tiempo para marcharse a Gresini Racing con una Ducati. Allá por principios de 2020, antes de la pandemia, Márquez firmó cuatro años con Honda, pero finalmente solo ha cumplido tres.
El de Márquez ha sido el último ejemplo durante muy poco tiempo, porque KTM ha anunciado la ruptura del contrato de Pol Espargaró para hacerle hueco a Pedro Acosta. El piloto catalán ha tenido que bajarse de la moto del GasGas a pesar de que tenía contrato para 2024. Al menos sigue como probador.
No son los únicos casos que hemos vivido en esta misma temporada. Probablemente el sustituto ideal para Márquez en el Repsol Honda hubiese sido Álex Rins, pero el piloto español rompió su contrato con el LCR para correr con Yamaha la próxima temporada. Rins tenía firmado hasta 2024 con Honda, pero se va a finales de 2023.
En 2021 la ruptura de contratos también estuvo a la orden del día. Maverick Viñales se marchó de Yamaha a mitad de temporada para fichar por Aprilia, que a su vez relegó a Lorenzo Savadori. Para ocupar la plaza de Viñales, Yamaha optó por romper otro contrato, el de Franco Morbidelli con Petronas, lo que dio el empujón definitivo a la petrolera para irse de MotoGP.
A finales de 2020 el que tuvo que tirar a la basura su contrato para correr en MotoGP fue Tito Rabat. Tenía contrato para 2021, pero la entrada del VR46 en el Esponsorama impuso el ascenso de Luca Marini, y por lo tanto la rescisión de Rabat un año antes de tiempo. Supuso el adiós del piloto español a MotoGP.
Un año antes el Esponsorama ya había tenido lío. Johann Zarco rompió su contrato con KTM a mitad de la temporada 2019, y tras un breve paso por Honda hubo que buscarle un sitio. El que se encontró fue en el Avintia, y para que Zarco se pudiese subir a la Ducati hubo que romper el contrato de Karel Abraham, que tenía un año más.
Suzuki y Jonathan Rea, la inestabilidad de los contratos va más allá de los pilotos de MotoGP
Pero es que lo de romper contratos no solo se limita a los pilotos de MotoGP. Suzuki anunció que se marchaba de la categoría a pesar de que acababa de renovar hasta la temporada 2026. Pese a tener cuatro años más de contrato, Suzuki puso punto y final a su andadura por MotoGP la pasada temporada.
Y es que el virus se expande hasta las Superbikes, donde hace solo unas semanas Jonathan Rea rompió el contrato que le unía a Kawasaki hasta 2024 para fichar por Yamaha. Definitivamente, el valor de una firma en un papel cada vez es menor en MotoGP.