Fabio Quartararo llega a su feudo catalán para asestar un golpe definitivo a MotoGP 2021
Fabio Quartararo es otro piloto. La decepción de su desplome en la temporada 2020 ha provocado que muchos duden del ya indiscutible líder de Yamaha, pero lo que estamos viendo este año es bien diferente a lo que ocurrió el pasado. Quartararo es más fuerte mentalmente y también a nivel técnico, está en su momento y va a por todas.
En Barcelona regresa a su feudo, en el que siempre consigue cuadrar sus mejores carreras. Todo está de cara para que aseste un golpe letal a un Campeonato del Mundo que si no tiene ya medio sentenciado es debido a las desgracias que ha sufrido. Las mismas de las que el año pasado no se repuso, pero que en 2021 ni le afectan.
A Quartararo le ha sentado bien entrar en la fábrica de Yamaha
Quartararo tiene 24 puntos de ventaja en la general respecto a Johann Zarco, el actual segundo clasificado. O, dicho de otra forma, está a punto de conseguir más de una carrera de renta. De hecho, con todos salvo con su compatriota ya la tiene. Y no es para menos, porque 'El Diablo' está en racha.
Acumula cuatro poles consecutivas, todas salvo las del doblete de Catar, y ha ganado tres de las seis carreras. En realidad, el abuso podría ser mayor, ya que fácilmente podríamos estar hablando de cinco de seis triunfos, pero las carreras de Jerez y Le Mans se torcieron, y eso permite que el mundial no esté ya sentenciado.
No olvidemos que en Jerez iba líder con una ventaja holgada y el mejor ritmo cuando comenzó a sufrir problemas de antebrazos, perdió ritmo repentino y acabó decimotercero. En Le Mans salió desde la pole y con el mejor ritmo en los entrenamientos, pero la lluvia previa a la carrera chafó su victoria.
Desgracias de las que el Quartararo de 2020 no se hubiese recuperado. Recordemos que tras Jerez el piloto francés tuvo que pasar por el quirófano. No solo perdió una carrera ganada, sino que además le intervinieron quirúrgicamente. En Le Mans hace un año tuvo el mismo guion, pero mientras que en 2020 acabó noveno en 2021 ha rescatado un podio.
Con esas dos carreras que objetivamente eran suyas, estaríamos hablando de cinco victorias consecutivas y de un mundial que ya estaría teñido como el pelo de Quartararo. Aquellos triunfos de Jack Miller y Ducati abrieron la puerta a una posible alegría en Borgo Panigale, pero la cosa cada pinta más a que ganarán todos los mundiales salvo el que más quieren.
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— Fabio Quartararo (@FabioQ20) May 31, 2021
Haciendo un poco de retrospectiva, quizá se fue un poco injusto con Quartararo tras su desplome en 2020. Es cierto que fue una caída mayúscula, pero no olvidemos que solo era su segunda temporada en MotoGP, que tenía 21 años y que corría en un equipo satélite. Ganar tres carreras debería ser un éxito, pero en una temporada tan rara quedó como un fracaso.
Quartararo se cansó de decir en esta pretemporada que había trabajado con un buen psicólogo para dejar atrás aquellos problemas de mediados y finales de 2020, y vaya si lo ha conseguido. Además, también ha depurado su pilotaje. Se le ve aún más fino, sin movimientos extraños. Es pura estabilidad, una chuchería para la Yamaha M1.
Y sí, siempre quedarán los agoreros que digan que así empezó en 2020, pero nada que ver. Primero, porque este año hay un equipo de fábrica detrás que tras los fiascos de Maverick Viñales está exclusivamente centrado en él. Y segundo, porque lo de 2020 fue flor de un solo circuito, Jerez, al que Quartararo se adaptó muy bien. Este año ha sido el más rápido en todos.
Quartararo en Barcelona logró su única victoria de Moto2 e hizo su primer podio en MotoGP
Con esta situación llegamos a Barcelona-Catalunya, el feudo de Quartararo. El circuito en el que fluye, en el que es imbatible. La única carrera que ganó en su paso por Moto2 fue en Montmeló, su primer podio en MotoGP también llegó en el Gran Premio de Cataluña, y el año pasado ganó la carrera con rotundidad.
Es pronto, sí, pero Quartararo tiene en su mano en Barcelona la oportunidad de completar un inicio de año casi perfecto y quedarse con mucha ventaja en el mundial. El desgaste de neumáticos será crucial, pero ya lo manejó a las mil maravillas en 2020. El primer 'match ball' de la temporada lo va a tener Quartararo en Montmeló. Y saca él.
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