Muchos somos los moteros que llevamos la pasión por las dos ruedas para toda la vida. Y después de ella también. El sentimiento por la cultura del motor se lleva incluso en los funerales. Y es por ello que existen moteros dispuestos a darse un último adiós por todo lo alto.
Estamos hablando de motos fúnebres. Y no es parte de ninguna película ni broma de mal gusto. Lo mismo que existen coches fúnebres con mucho estilo como el Tesla Model S, hay motos perfectas para decir el último adiós.
Triumph, una Hayabusa, Harley-Davidson... El último adiós más motero, y con récord mundial
Navegando entre lo tétrico y lo sentimental hay quienes prefieren un último adiós personalizado. Ejemplo de ello es Motorcycle Funerals, una de las empresas fúnebres más importantes del Reino Unido que utilizan motos como forma de despedida.
"Proporcionamos un paseo final único y memorable para aquellos que han partido, sirviendo a toda Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Isla de Man, Isla de White y las Islas del Canal", dicen en su página web.
Un adiós especial. No es la primera empresa que se dedica a dar servicios funerarios sobre una moto, pero sí una de las más famosas y exitosas. No es un servicio que pocos reclamen, precisamente. Darse un último adiós de la manera en la que uno ha vivido durante gran parte de su vida: montado en una moto.
De hecho, quizá te suene quien fue su creador: el reverendo Paul Sinclair, récord Guinness en una Suzuki Hayabusa fúnebre, llegando a los 203,7 km/h. El hombre fundó la empresa en 2002 cuando estuvo a punto de morir en un accidente de moto, y falleció en 2019 a causa de una enfermedad.
No se olvidará aquel excelente relato en el que Sinclair llevó a un periodista de The Guardian metido en féretro acoplado a la Hayabusa de 1.300 cc para que comprobase en sus carnes que era verdad, que existía y que había llegado al récord de velocidad.
"'Esto es muy terapéutico, ¿verdad?'. Él va a horcajadas sobre una Suzuki Hayabusa de 1.300 cc y yo en el sidecar, sin cinturón de seguridad pero con un casco demasiado grande para mi cabeza. Sólo más tarde se me ocurre la inquietante idea de que todos sus clientes han muerto", describía el redactor.
En su elenco de motos, todas tienen un féretro adaptado a modo de sidecar. Pilota Simon, un ex agente de tráfico que ahora se dedica a llevar las motos con los fallecidos: una última ruta motera hasta que es enterrado de por vida.
Entre ellas hay joyas únicas. La más llamativa es la japonesa Suzuki Hayabusa con la que el reverendo batió su récord mundial. "Proporciona la despedida definitiva para los pilotos definitivo. Rápida, elegante y popular entre pilotos, comisarios, entusiastas del deporte y personas que vivieron la vida en el carril rápido", dicen sobre ella.
Para los ingleses, producto nacional: una Triumph Bonneville ("nuestra opción más popular), una macarra Thunderbird ("para los entusiastas de la moto clásica que quiere algo impresionante, sensacional con estilo") y una Speed Triple recubierta en negro para los más sofisticados.
Además, para los que buscan una despedida especial está la Harley-Davidson Road King, "que no necesita introducción", para una "genuina experiencia sobre una Harley-Davidson necesitan una Harley-Davidson", dicen. Y luego tienen un Trike.
Uno de sus vehículos más peculiares es un tandem. Sí, has leído bien. Es una bicicleta para "presentar sus respetos a un amigo ciclista caído", con dos asientos para ciclistas al que se acopla el féretro.
Sea cual sea la moto, es una peculiar y curiosa forma de darse un último homenaje.