El otro día hablábamos sobre el sorprendente movimiento que Harley-Davidson ha anunciado de trasladar parte de su producción de Estados Unidos a Europa. ¿Por qué una marca tan arraigada como la de Milwaukee iba a hacer tal cosa? Fácil: Las medidas proteccionistas de Donald Trump han tenido como consecuencia una respuesta arancelaria de Europa y la marca americana no puede soportar un nuevo gravamen sobre sus productos en el viejo continente.
Las reacciones no han quedado ahí y según informa el St. Paul Business Journal, Indian podría seguir los pasos de su máxima competidora y empezar a producir motos en Europa para venderlas directamente al mercado europeo y continuar con su progresión al alza.
Cuando el proteccionismo se vuelve en contra de Trump
La posibilidad de que parte de lo que produce Indian salga de Estados Unidos no es una casualidad. Animada por la maniobra de Harley-Davidson, la marca del nativo americano intentaría quedar al margen de las consecuencias desatadas por la guerra comercial iniciada por la Casa Blanca.
Donald Trump buscaba proteger su economía interna y la industria metalúrgica americana imponiendo unos aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio procedente de fuera de las fronteras estadounidenses. Esta medida proteccionista le ha costado la enemistad con los que antes eran sus aliados, abandonó la cumbre del G-7 y acabó con la imposición por parte de Europa de aranceles a los productos americanos como bourbon, pantalones vaqueros, algodón, cacahuetes y, también, las motocicletas.
En el comunicado de Harley-Davidson la marca aseguró que "derivar parte de nuestra producción fuera de Estados Unidos no es nuestra preferencia pero es la única opción para preservar la viabilidad de nuestro negocio en Europa", por lo que posiblemente la misma suerte acabará corriendo para Indian.
Para argumentar su postura la firma de Milwaukee también puso sobre la mesa el impacto del arancel a los metales de Trump. Un coste adicional sobre la materia prima empleada en sus motos supondría un incremento de los costes de producción de entre 90 y 100 millones de dólares al año. Polaris es un grupo potentísimo, pero no tanto como para afrontar esas pérdidas en su margen año tras año.
A esto hay que añadir el hecho de que las motocicletas americanas ya soportaban en Europa un leve arancel del 6%, pero la contraofensiva de la Unión Europea a las medidas de Trump lo disparará hasta el 31%, un sobrecoste de unos 2.000 euros por moto vendida en Europa según las estimaciones de H-D.
En el caso de Indian se especula con que Polaris mueva una parte de su producción lo suficientemente grande a la planta que ya tienen en Polonia para satisfacer la demanda al alza de sus motocicletas en Europa, continuando así con la persecución a rebufo de Harley-Davidson.
Las marcas, incluso las genuinamente americanas, no han tardado demasiado en reaccionar a las políticas de Donald Trump. Quizá el día en el que las motos americanas sólo sean diseñadas en Estados Unidos esté más cerca, incluso aquellas motos destinadas a su propio mercado.