Larga vida a Massimo Tamburini. El diseñador italiano se fue en 2014, pero su legado quedará impregnado en las motos hasta el final de los tiempos, considerado el 'Miguel Ángel de las motos'. Ahora su hijo revive su espíritu para honrar a su padre, el nacimiento de una marca de motos, Tamburini Corse.
No serán motos propias como tal, sino que hará las veces de preparador. En este caso su primera máquina ya está lista, sobre la base de una MV Agusta F4 y bajo el nombre de 'F43 Centenario', una belleza italiana con la que honrar a alguien mítico en el mundo de las dos ruedas.
La moto está construida sobre la MV Agusta F4 y lleva una preparación única
El legado de Massimo Tamburini permanecerá hasta el final de los tiempos. Hasta las superbikes que vemos hoy en día circular beben del diseño con el que el italiano ilustró la época moderna de las superbikes.
Y buena prueba de ello son máquinas como las Ducati 916, la MV Agusta F4 1000 o la Brutale S. A lo largo de su historia Massimo pasó por Cagiva, Ducati y MV Agusta, además de crear Bimota, con aquellas motos de talante italiano pero entrañas japonesas.
Murió de cáncer en 2014, y su último trabajo acabó cobrando vida en 1997: la MV Agusta F4 750 Serie Oro. Casi veinte años después, seguía más viva que nunca.
Andrea Tamburini, su hijo, quiso continuar con el legado que dejó. Por eso creó un nuevo proyecto en honor a su padre, la marca 'Massimo Tamburini' y su proyecto estrella (y esperemos que el primero de muchos), la F43 Centenario.
La moto está construida sobre la MV Agusta F4. Naturalmente está preparada hasta los topes, y repleta de carbono se mire por donde se mire. Es simbólica porque marca el nacimiento de una nueva marca, y por doble partida, porque pretende celebrar el centenario de la Fuerza Aérea Italiana.
Solo hay una moto ahora mismo, pero habrá 25 más en producción. 25 en honor a los años del modelo en cuestión... Y quizá por eso han esperado tanto desde que Andrea crease la empresa en 2014.
No fue hasta el año pasado cuando Tamburini hizo público el proyecto. Y del boceto a la realidad no hay tanta diferencia, pero manteniendo el espíritu original de MV Agusta que se exterioriza en el faro en forma de rombo, el basculante monobrazo, las líneas agresivas y afiladas del carenado o el escape que sobresale bajo el colín.
Andrea guardó a buen recaudo una de las motos que desaparecieron de producción en el 2019 (por la Euro 5). Tampoco ha tocado el motor, que mantiene el mismo cuatro cilindros en línea de 208 CV. Y todo aderezado con cuatro mapas de motor, ocho niveles de control de tracción o ABS en curva.
Además, la parte ciclo llega con calidad exquisita: horquilla invertida Öhlins, pinzas Brembo Stylema, llantas de magnesio y una dieta para adelgazar a base de fibra de carbono. Lo que no se sabe es el precio... Pero intuimos que un mito así no sea barato.