Las motos deportivas parecen abocadadas a la extinción, al menos fuera de los circuitos y las pistas. Pero hay algunos fabricantes que no desisten, y siguen dedicando parte de su tiempo, esfuerzo y dinero a estas motos. Sin ir más lejos, Kawasaki.
Los de Akashi, dicen las lenguas, tienen en el horno una jugosa moto deportiva. Una simbiosis entre dos modelos míticos: la ZX-10R y la H2. Una fusión que daría como resultado a la Kawasaki ZX-10H2. Y no parece que sea broma.
Lo mejor de las dos deportivas más top de Kawasaki
Probablemente sean las dos motos más codiciadas del catálogo de Kawasaki. La H2R es la moto de producción más rápida de todo el planeta, y la H2 es su versión homologada para calle. La ZX-10R es la deportiva más top y asequible dentro de la gama de Iwata... Así que una fusión entre ambas es pura ambrosía.
Un modelo conjunto, según señalan diversas fuentes a las que ha tenido acceso a Motorpasión Moto, permitiría simplemente añadir al motor de cuatro cilindros en línea de 998 cc un sobrealimentador para que la moto supere con facilidad los 200 CV de potencia.
Parece que la base de la moto sería la ZX-10R, a la que simplemente se le añadiría el sobrealimentador de las H2. Por eso mismo, la base de la moto seguiría siendo la actual ZX-10R. También debería venir con la última tecnología, y eso incluye múltiples modos de conducción, Launch Control (LC), control de tracción y ABS en curva.
Naturalmente, una y otra moto se parecen, por lo que una fusión entre las líneas afiladas de la ZX-10R y la estética futurista y radical de la H2 es fácilmente imaginable. De hecho, hay artistas que ya han imaginado cómo se vería. No debería faltar aerodinámica por doquier.
Como es habitual, no hay confirmación por parte de Kawasaki, ni siquiera se trata de un rumor extendido. Lo cierto es que hay ciertos rumores de que la moto podría llegar en 2025 de forma oficial al catálogo de Kawasaki; es la primera vez que se escucha un rumor para esta moto en concreto, la ZX-10H2.
Jugada maestra o no, lo cierto es que las motos deportivas no están precisamente en auge; al menos no en Europa, donde las continuas prohibiciones alejan cada vez más al público de motos de alto rendimiento.