Probamos la Triumph Speed Twin: 97 CV y 112 Nm de emociones para una estética exquisita
La primera Triumph Speed Twin nació en 1938 para convertirse en la primera moto bicilíndrica en paralelo producida en serie. Aquella máquina diseñada por Edward Turner supuso un antes y un después para los motoristas de calle que pudieron acceder a una tecnología que hasta entonces nunca había salido de los entornos de competición.
Por diseño y por mecánica supuso una revolución, y hoy, en 2019, la Triumph Speed Twin ha vuelto tras décadas de ausencia para postularse como una de las motos más atractivas de la temporada y mucho más, porque ya la hemos podido probar y va realmente bien, es divertida y tiene unos acabados marca de la casa.
Triumph Speed Twin 2019: aspecto clásico, comportamiento mainstream
Mientras algunas marcas se encaminan a fabricar modelos que lo hagan todo bien pero sin destacar en nada, Triumph se está trabajando una gama de motos que si bien no brillan en algunos aspectos deslumbran en otros.
Es el caso de la gama Modern Classic de Hinckley, una cada vez más nutrida familia de modelos que tiene en esta Triumph Speed Twin el máximo exponente del perfecto maridaje entre un diseño rabiosamente canónico, tecnología avanzada y un comportamiento emocionante. Vale, sí, no es una moto que destaque por sus líneas agresivas y modernas precisamente, pero quizá ahí, en su discreción, se encuentre su mayor virtud.
Por fuera ya la ves. Si la Speed Twin ha ganado muchos corazones desde su presentación el pasado otoño, al verla en persona es complicado evitar ser encandilado por una presencia muy, muy atractiva. El espíritu clásico sigue igual de presente en este nuevo modelo (no en vano sigue siendo 100% filosofía Bonneville) pero aporta una cucharadita de modernidad y aspecto deportivo que era justo lo que le hacía falta a la gama de clásicas británicas.
A medio camino entre una Bonneville T120 y una Thruxton, la Speed Twin hace malabares entre un aspecto retro sobrio y ese toque racing británico tan difícil de implementar a veces en el diseño de una moto. En Triumph son maestros en estos menesteres y el resultado final es cautivador.
Un gran depósito de chapa largo, bajo y de líneas suaves forma prácticamente toda la carrocería de la moto junto a un asiento plano que habla por sí mismo. Le acompañan escuetos guardabarros de metal cepillado y esos toques modernos pero de aspecto clásico como las tapas para el filtro de aire o las cubiertas de la inyección que simulan ser elementos de época.
Algunos toques modernos destacan sobre el resto del conjunto pero quedan bien integrados como una firma lumínica que recurre a LED en intermitentes, piloto y luz de día, el radiador de agua en la parte delantera o el propio motor, que sigue recurriendo a su estética oldschool con aletines mecanizados. Numerosas piezas de aluminio cepillado aquí y allá, dos silenciacores cónicos, horquilla con fuelles y doble amortiguador... Encanto everywhere.
Como de costumbre en la firma británica se aprecia en cada rincón el gusto por el detalle. Se ha cuidado cada material y el acabado es perfecto. Cada elemento tiene una función práctica y/o estética a la orden de crear un conjunto que en su percepción global es altamente sugerente. Todo casa y la calidad de los materiales y de los acabados es excelente.
Echamos la pierna sobre esta nueva Triumph Speed Twin y su asiento a 807 milímetros de altura nos da la primera alegría. Es una moto grande, pero se siente realmente manejable. Se llega perfectamente con los dos pies al suelo y las rodillas permiten abrazar el depósito con comodidad, pues la parte central es más estrecha de lo que parece.
La Speed Twin está derivada de la Thruxton, pero no es una Thruxton a la que se han hecho algunos cambios. El chasis parte de la misma base pero se utiliza un nuevo basculante de aluminio, también se incorporan nuevas llantas de aluminio forjado, nueva batería, nuevos soportes de aluminio para el motor y un motor que ha visto rebajado su peso (tapas del motor, tapas de levas de magnesio, embrague) en 2,5 kg para rebajar un total de 10 kg contra su pariente más deportiva.
Dinámica moderna y, muy, muy divertida
Arrancamos el motor y el propulsor de dos cilindros en paralelo nos saluda con el característico ronroneo de los motores británicos con el cigüeñal calado a 270º. Grave, ronco y poderoso, es una maravilla escuchar estos propulsores en unos tiempos donde el sonido de las motos cada vez emociona menos.
Engranamos primera apretando la maneta izquierda, de tacto suave gracias al embrague asistido y con funcionamiento antirrebote y empezamos a movernos. Suave, dócil, agradable. La Speed Twin se mueve fácil, a muy baja velocidad gracias a una entrega de par casi eléctrica y una manejabilidad más que buena sólo ensombrecida ligeramente por un radio de giro escaso.
El propulsor de dos cilindros en línea produce 97 CV de potencia y 112 Nm de par motor, pero en lo que más se ha trabajado en Hinckley es en hacer de su respuesta una oda a la usabilidad. La curva de potencia es casi totalmente lineal, y la de par es prácticamente plana. Desde muy abajo del cuentavueltas, poco por encima de las 2.000 rpm, ya están disponibles más de 100 Nm de par motor, lo que se traduce en un empuje decidido en cualquier marcha y a cualquier velocidad.
Buscando zonas abiertas, esta entrega se consolida con una respuesta al puño derecho enérgica que incluso puede llegar a sorprender para aquellos que piensen que las Modern Classic son aburridas. Sí es cierto que no brilla especialmente en la zona alta del cuentavueltas, pero la progresión hacia la línea roja es excitante en tramos de curvas y da mucho juego, especialmente si llevamos la aguja en la zona media, donde mejor sabe jugar.
Rodando a punta de gas, en esos periodos en los que sólo necesitas esporádicamente una pequeña dosis de entrega, el motor es un pelín brusco en la transición de cerrar-abrir-cerrar el puño derecho. Tiene patada, aunque eso, para algunos (como es mi caso), es una muestra de carácter que se agradece.
Si en entornos urbanos se mostraba como una moto ágil, en curvas sigue por el mismo camino. La Speed Twin es una moto que se deja hacer, se deja insinuar hacia el interior de las curvas con algo de incertidumbre en el primer momento pero con una muy buena pisada una vez que la hemos metido en curva. El chasis no se siente comprometido ni a paso ligero ni frenando dentro de la curva y el embrague antirrebote funciona de manera suave y precisa.
Es una moto muy estable y, de hecho, es más larga entre ejes que una Thruxton (1.430 mm contra 1.415 mm), pero al mismo tiempo es 10 kg más ligera. Es juguetona y con ella se puede ir realmente alegre en tramos de curvas. Se deja hacer y aguanta bien un uso de esos que te sacan una sonrisa debajo del casco mientras se te llenan los tímpanos con el ronquido melódico de sus escapes. Sólo a alta velocidad notamos movimientos parásitos en el manillar, como si hubiera que cargar un extra de peso sobre el tren delantero.
Después de algunos kilómetros recorriendo curvas sobre la Speed Twin nuestro trasero nos empieza a decir que si paramos a estirarnos un poco. No es que sea un asiento incómodo, que no lo es, pero el mullido sí que resulta un poco duro con respecto a lo que podríamos esperar al menos para los que tenemos poca carne en el culo.
A nivel de suspensiones la Triumph Speed Twin es igual que su estética: simple pero efectiva. En el tren delantero se equipa una horquilla telescópica de 41 milímetros acompañada en el tren trasero de un doble amortiguador. Los ajustes se limitan a la precarga de los amortiguadores traseros y ese sería un punto a mejorar, aunque la verdad es que el setting que se ha utilizado para ambos trenes tiene un resultado sorprendente.
A estas alturas en las que gran parte es apariencia, una horquilla convencional con fuelles nos puede parecer anacrónica, pero nada más lejos de la realidad. Tanto el tren delantero como el trasero de la Speed Twin están muy bien puestos a punto y su tarado es apto para cualquier uso, incluso tirando un poco a duro.
Se nota que en Hinckley han querido darle carácter a esta Modern Classic y lo aparentemente sencillo de las suspensiones no se traduce en un comportamiento impreciso. Todo lo contrario. Si tuviéramos que precisar diríamos que la Speed Twin se ha regulado para un uso más deportivo del que le van a dar la mayoría de los clientes del modelo.
En el apartado de frenos la Speed Twin recurre a material Brembo para la bomba y las pinzas mientras que los latiguillos corren a cargo de J.Juan. El doble disco delantero es de 305 milímetros y, en conjunto, tienen un desempeño incluso un paso por encima del nivel de la moto. Frena muy, muy bien, tanto que incluso el primer tacto de la bomba (radial) es un poco brusco hasta que te acostumbras; hay mucho mordiente.
Triumph Speed Twin: equilibrio brit
Hay elementos en los que se aprecia que Triumph ha querido mantener a la Speed Twin con un precio lo más ajustado posible. La horquilla delantera sin regulación, el cuadro de mandos de doble esfera (en lugar del digital de la Triumph Scrambler 1200) o las pinzas de freno axiales han permitido a este nuevo modelo no pisarle el jardín a la Thruxton.
Esos recortes no se traducen en un equipamiento escaso. A nivel de electrónica y siguiendo con los malabares estético-prácticos de la marca, en equipamiento electrónico incluye acelerador electrónico, tres modos de conducción (Rain, Road y Sport), control de tracción, ABS, iluminación LED, toma USB y llave con inmovilizador.
Y es que el precio de partida (sin accesorios) de la Triumph Speed Twin es de 13.100 euros para la versión Jet Black y de 13.400 euros para las arrebatadoras decoraciones con pintura en dos colores y rematadas a mano. Por cierto, que en el extremo inferior del depósito, bajo el asiento, se puede ver la firma del artesano que ha realizado el remate a pincel.
De esta manera la Speed Twin se coloca 1.100 euros por debajo de la Thruxton básica (14.200 euros). Mirando hacia fuera nos encontramos con que la Speed Twin se va a enmarcar en un cada vez más competido segmento vintage en el que encontramos a la Kawasaki Z900RS por 12.999 euros, la Yamaha XSR900 desde 10.499 euros o la BMW R nineT desde 16.550 euros. Con un poco de perspectiva, la Speed Twin podría parecer algo cara, pero se ubica más o menos en la media de precios con un equipamiento parejo y un nivel de acabados de los mejores.
Triumph Speed Twin 2019 - Valoración
7.2
A favor
- Estilo brit
- Manejabilidad
- Buen comportamiento dinámico
- Sonido emocionante
En contra
- Radio de giro escaso
- Tacto on-off-on algo brusco
- Movimientos de dirección
- Asiento un poco duro
Triumph Speed Twin 2019 - Ficha técnica
Motor | ||
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Tipo | Bicilíndrico en paralelo calado a 270º, 8 válvulas, SOHC. Refrigeración líquida | |
Cilindrada | 1.200 cc | |
Diámetro | 97,6 mm | |
Carrera | 80,0 mm | |
Relación de compresión | 11,0 :1 | |
Potencia máxima | 97 CV (72kW) @ 6.750rpm | |
Par máximo | 112 Nm @ 4.950 rpm | |
Sistema | Inyección electrónica | |
Transmisión final | Cadena | |
Embrague | Multidisco bañado en aceite asistido (anti-rebote) | |
Caja de cambios | 6 velocidades | |
Parte ciclo | ||
Chasis | Cuna de acero de estructura tubular | |
Basculante | Doble brazo de aluminio | |
Rueda delantera | Aleación de aluminio. 17" x 3,5", 120/70 ZR17 | |
Rueda trasera | Aleación de aluminio. 17" x 5,0", 160/60 ZR17 | |
Suspensión delantera | Horquilla convencional de 41 mm, con 120 mm de recorrido | |
Suspensión trasera | Doble amortiguador con ajuste de precarga. 120 mm de recorrido | |
Freno Delantero | Doble disco de 305 mm con pinzas Brembo de 4 pistones, ABS | |
Freno Trasero | Disco de 220 mm con pinza flotante Nissin de 2 pistones, ABS | |
Dimensiones y pesos | ||
Anchura del manillar | 760 mm | |
Altura (sin espejos) | 1.110 mm | |
Altura del asiento | 807 mm | |
Distancia entre ejes | 1.430 mm | |
Lanzamiento | 22,8º | |
Avance | 93,5 mm | |
Peso en seco | 196 kg | |
Capacidad del depósito | 14,5 litros | |
Precio | 13.100 - 13.400 euros |