Probamos las motos de agua de Yamaha para 2019: de la recreativa accesible a la bestia de 1.8 litros turbo

Aunque ya estamos totalmente metidos en el otoño más profundo y camino del invierno, Yamaha ha aprovechado los últimos coletazos de buen tiempo para presentar su nueva gama Yamaha WaveRunner, una constelación de motos de agua que no hemos dudado lo más mínimo en probar.

Yamaha tiene una larga tradición en el sector de las embarcaciones, así que en Iwata están más satisfechos que nunca este 2018 porque su familia WaveRunner es, hasta la fecha, la más completa de su historia en el segmento de las motos de agua.

Después de unos años sumidos en una intensa recesión en las ventas de motos de agua a nivel europeo con un punto más bajo en 2013, durante los últimos cuatro años casi se ha triplicado la cuota. Algo que ha animado a los fabricantes a ofrecer gamas más y más completas.

Para probar la gama Yamaha WaveRunner nos desplazamos hasta Nazaré (Portugal) hogar de las olas más grandes del mundo surfeadas con el récord actual marcado en 23,7 metros de altura en posesión de Garrett MacNamara, un veterano y legendario surfista que nos acompañó en el evento. Por suerte para nosotros las temibles bombas de Nazaré no estaban presentes.

Yamaha WaveRunner EX y EXR

Empezando por el plato más generalista, las Yamaha WaveRunner EX son el escalón de acceso. Su diseño es simple pero contundente y de aspecto ligero que auguran un comportamiento neutral perfecto para iniciarse en el mundo de las motos de agua.

El motor equipado en la EX es el denominado TR-1, un tricilíndrico de cuatro tiempos con 1.049 centímetros cúbicos de capacidad que mueve mejor que bien el conjunto. Su empuje es suave y eléctrico, con una buena estirada que permite llevar a la WaveRunner realmente rápido.

Su comportamiento es ágil, marcado por un peso en seco de 262 kg y unas dimensiones bastante ajustadas, con una distancia entre la punta delantera y la trasera de poco más de 3 metros: 3,13 metros para ser exactos. Se maneja de manera neutra e intuitiva gracias a unos mandos que nos sorprendieron por su buen tacto y precisión tanto a la hora de ir al ataque como maniobrando a baja velocidad.

Por encima de las EX se encuentran las EX Sport (algo más completas en equipamiento y decoración), las EX Deluxe con aún más tecnología y, el plato fuerte, las nuevas Yamaha WaveRunner EXR que debutan para 2019.

Este modelo es el que más nos sorprendió de todos. Al bajarnos de las EX y subir a la EXR notas que si bien por fuera cambia poco más que los colores, por dentro sus reformas son tan profundas que cambian radicalmente su comportamiento.

Las EXR incluyen la construcción del casco NanoXcel2 que consigue reducir el peso del conjunto en 15 kg para quedarse en 247 kg al mismo tiempo que es más resistente, pero también incrementa la potencia de su motor en un 10% y coloca la turbuna en una posición más retrasada.

Estos cambios se traducen en un modelo realmente interesante, el de carácter más deportivo y al mismo tiempo desenfadado. Donde antes teníamos que forzar en los giros a base de contramanillar con la EX ahora la EXR se muestra mucho más reactiva, girando en mucho menos espacio y llegando a sorprender por su capacidad de giro.

El tacto del motor también se percibe más alegre, con un empuje que sobre la revuelta superficie del agua portuguesa llegó a escupirnos en uno de los giros. Es estable, pero no lo suficiente como para ser amable con aquellos que no estén muy en forma o con una técnica muy depurada sobre el agua. Exige, pero a cambio las dosis de diversión son muy elevadas.

Yamaha WaveRunner FX Cruiser SVHO y GP1800R

La gama FX Cruiser de Yamaha representa el lujo máximo, una moto de agua con capacidad para tres ocupantes que pueden ir sentados de manera cómoda, cada uno a un nivel de altura diferente y con soporte lumbar. El diseño se ha redefinido para combinar las líneas aerodinámicas curvas que fluyen hacia atrás con unas rectas descendentes que se inclinan hacia delante, dando una impresión más agresiva y moderna.

Por debajo en la quilla se integran algunos de los secretos ocultos de Yamaha. Las FX equipan un diseño que prioriza la estabilidad tanto a baja como a alta velocidad con una capacidad de giro predecible. En la parte delantera monta un difusor integrado que minimiza las salpicaduras, la admisión de agua para la turbina se ha incrementado con una nueva toma y tanto en el centro como en los laterales se pronuncian las líneas longitudinales para mejorar la estabilidad.

Por otro lado, el casco está diseñado bajo el sistema NanoXcel2, una tecnología de materiales propia de Yamaha que ha conseguido reducir el peso del modelo con respecto al NanoXcel de primera generación en un 18%.

¿Y todo esto se nota? Por supuesto que sí. En comparación con las EX, más enfocadas a un uso para particulares esporádicos o empresas de alquiler, las FX se sienten mucho más consistentes. Su manejo es igual de intuitivo pero permite una conducción más despreocupada. Carece del nerviosismo de los modelos más pequeños y su empuje es sencillamente descomunal. Su peso es elevado: 379 kg, el más alto de toda la gama.

Equipa el motor más potente de la gama, un cuatro cilindros en línea de 1.812 centímetros cúbicos asociado a un turbo que dispara sus cifras por encima de los 250 CV expulsados a través de una turbina de 160 mm de diámetro. Por debajo existe la opción de escoger el mismo motor pero sin turbo y con turbina de 155 mm. Es cierto que no llega a los 300 CV de las SeaDoo más potentes o los 310 CV de las Kawsaki, pero lo compensa con una cilindrada considerablemente superior.

Sí, también se perciben como embarcaciones más pesadas a la hora de maniobras muy cerradas, pero a cambio se distinguen con una estabilidad sin tacha. El mar ligeramente picado sobre el que realizamos la prueba puso las complicadas y era relativamente fácil desestabilizarse con las olas y caer al agua, un punto donde este modelo brilló especialmente.

Otro punto donde las WaveRunner FX han mejorado notablemente es en la capacidad de almacenamiento. Este modelo se va hasta unos 166,7 litros repartidos en cuatro huecos, dos de ellos (el de detrás del manillar y el que se encuentra bajo el asiento) totalmente sellados.

Como buena moto de agua para disfrutar a todo lujo, las FX también incluyen el nuevo cuadro de mandos de Yamaha con pantalla táctil de 4,3 pulgadas (el primero de este tipo que se utiliza en la industria), drenaje para plataformas, escalón plegable trasero y manillar ajustable en cuatro posiciones.

Precisamente el cuadro de mandos digital con colores e iluminación ajustables abre las puertas a una nueva generación electrónica. Se denomina Connext y es el cerebro de las Yamaha WaveRunner. A través de los mandos del manillar o mediante toques en la pantalla se puede acceder a los modos de conducción, inclinación de la proa, indicador de combustible, velocidad, revoluciones, carga de la batería, horas de uso, combustible consumido, diagnóstico... También permite el bloqueo mediante un código de cuatro dígitos como extra de seguridad.

También pudimos probar la Yamaha WaveRunner GP1800R, la bestia de la gama. Se trata de la versión más radical, algo así como una FX despojada de sus elementos más burgueses y cuyo único propósito es ir rápido sobre el agua. Y lo consigue, vaya si lo consigue, aunque las condiciones del mar no eran las ideales para este tipo de moto de agua.

Si en las FX el empuje ya es contundente, en las GP1800R la conversión de energía en velocidad gracias a su potente motor se exagera gracias a un conjunto 20 kg más ligero: 349 kg en seco. Su comportamiento también es notablemente más dinámico ya que su eslora de 3,35 metros es 0,21 metros más corta.

En total, Yamaha ha juntado una familia de 15 motos de agua diferentes bajo su denominación WaveRunner con modelos para todos los gustos que van desde las más básicas para ofrecer para los que empiezan, para negocios de alquiler o para quienes buscan todo el lujo posible.

Estamos convencidos de que cualquier cliente puede encontrar el modelo que más se adapte a sus necesidades, aunque habrá que preparar el bolsillo porque este hobby acuático abarca un rango de precios que arranca en los 6.990 euros para las versiones más asequibles y se va hasta los 18.290 euros de los tope de gama mejor equipados (más impuestos).