Persecución épica por las favelas de Sao Paulo por no llevar casco. Al final la lía el propio policía

Persecución épica por las favelas de Sao Paulo por no llevar casco. Al final la lía el propio policía
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En España acostumbramos a ser cautelosos con el tráfico, especialmente en moto, pero no en todas las partes del mundo es igual. Hoy viajamos hasta una de las zonas más precarias de Brasil, las favelas de Sao Paulo, para ser testigos de lo demencial que es montar en moto allí.

Subidos a la cámara 'on-board' de un policía brasileño presenciamos el descontrol que supone montar allí en moto, y donde una simple parada de tráfico por no llevar casco se convierte en una persecución de película. Y ese es el pan de cada día.

Sin matrícula y sin casco... Así empieza una persecución de película en Brasil

Persecucion Favela 3 2024

Rodar en moto (o en coche) en Brasil es una actividad poco recomendable para los que sufran nerviosismo o cierto pánico. Muchas de las reglas, normas o leyes que aquí tenemos interiorizadas allí no existen directamente. Y si te para la policía, es que has hecho algo muy gordo.

Sin ir más lejos, hoy tenemos la prueba de cómo es montar en moto en el otro lado del charco. En Sao Paulo, este policía se dedica a grabar sus servicios en moto, y el día a día es una locura: convoyes de motos circulando sin casco, en dirección contraria, por encima de aceras... Todo eso está demonizado y penado en nuestro país.

En una de esas patrullas un par de agentes motorizados se topan con un motorista sin casco, aunque con gorra, y sin matrícula. Con una visión aguileña, los dos policías son capaces de verlo entre la marabunta de motos.

"Tienes dos opciones, detenerte y cambiar de opinión o puedes intentar huir hasta que te atrapen. Si eliges lo segundo, pierdes la oportunidad de lo primero. La elección es tuya", dice el policía.

Persecucion Favela 2 2024

Al intentar darle el alto, el motorista se asusta. Tarda un instante en recomponerse y darse a la fuga por encima de una acera; da comienzo una persecución de película.

Las tácticas de huida son muy peliculeras. El escapista intenta distraer a los policías infiltrándose entre grupos de motos, tirándoles la gorra, saltando badenes a gran velocidad e incluso poniéndose a velocidades que en algún momento superan los 100 kilómetros por hora en plena ciudad.

El torpe evasor no tardó en pecar. En un momento, a la hora de llegar a un cruce, no supo bien qué dirección tomar, momento que el agente aprovechó para interceptarlo y tirarlo al suelo. Una vez engrilletado, se acabó la persecución.

Aunque otro de los apuntes más surrealistas de esta escena es cuando llegan los compañeros del agente para llevarse la moto requisada. Sin embargo, lo hace sin casco, y saltándose todas las normas posibles de circulación al mismo tiempo. Ni ellos respetan sus normas de tráfico.

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