El tubo de escape sale por el lado derecho del motor y acaba en un silencioso no muy grande también en el lado derecho de la moto. Todo convenientemente protegido con deflectores metálicos. Estoy seguro que la industria auxiliar no tardará en sacar escapes mas abiertos para extraerle un poco mas de potencia al sorprendente motor. Los reposapiés del piloto no cuentan con gomas aislantes, pero son cómodos y el estriado no es excesivamente agresivo con los zapatos/deportivas normales que puedas usar a diario. Las vibraciones no son demasiadas, a pesar de las revoluciones en las que nos movemos, y están bastante bien filtradas en los reposapiés y en el manillar.
El manillar es de tubo sencillo sin refuerzo central, y sobre él se apoyan unas piñas de interruptores mas bien simples y un poco feas, quizá el único punto objetable de toda la moto. El pulsador de los intermitentes es bastante duro de accionar y no se encuentra a mano. Igual que el del claxon, que está como escondido. En definitiva las piñas no me han gustado nada, pero eso es una pequeñísima mancha en un expediente muy bueno. Las manetas de freno y embrague no son regulables en distancia, pero ambas van preparadas para no romperse más que la punta en caso de caída. La moto que nos ha prestado Derbi montaba unos protectores de las manetas en plástico que han estado moviéndose constantemente durante todo el viaje. En ningún momento han llegado a presionar las mantas, pero si que han acabado marcados por dentro con la bola final de ambas manetas. Quizá seria bueno plantearse un rediseño de estos protectores anclándolos también al final del manillar para que no se muevan ni lleguen a tocar las manetas.
La posición de conducción es muy cómoda, tanto que en muy poco tiempo te sientes como si fuera tu moto de toda la vida. El inconveniente es que si haces muchos kilómetros la entalladura del asiento no te deja moverte mucho, con lo que no puedes cambiar la parte del cuerpo que apoya en el sillín. La única variante que he encontrado era, en carretera recta, cambiar los pies de los reposapiés del piloto a los del pasajero, y así enderezaba un poco la columna y descansaba la postura. El asiento está bastante alto, por lo menos para mi que mido 175 cm. El sistema para subir y bajar requería tener la moto apoyada sobre la pata lateral (la única que monta) y con una patada al aire pasar la pierna por encima para subirme. Un poco acrobático pero te acostumbras enseguida.
El parabrisas es casi perfecto, porque protege el pecho del viento y va tan bien anclado que no se mueve en ningún momento, ni vibra ni nada parecido. Tanto protege que en algún momento de desesperación me abrí la chaqueta para intentar refrigerar un poco el pecho y casi no me llegaba nada de viento. El inconveniente es que al ser tan alto y tan vertical en cuanto sopla un poco de viento frontal o lateral hace un poco la vela y llega a afectar el manejo de la moto. Pero esto no es nuevo en este tipo de motos de inspiración dakariana. A cambio con viento a favor te ayuda un poco en la velocidad final de la moto.
El asiento del pasajero se ve bien dimensionado aunque está bastante alto. Este cuenta con un par de asas laterales para sujetarse y si le sumamos la maleta que montaron en la moto parece que no hay problemas en hacer muchos kilómetros acompañado. Eso si, las prestaciones se verán mermadas a no ser que tu chica pese 40 kilos. Hay que recordar que estamos hablando de una 125, no de una maxitrail.
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