¿Has escuchado alguna vez la expresión “conducción en flow”? Es un término que la DGT acuña con asiduidad y no es precisamente bueno. De hecho, lo que la Dirección General Tráfico quiere es erradicar este tipo o estilo de conducción, una especie de ‘summum’ o estado de “fuerte distracción” o “miedo repentino” que, desde el organismo, quieren que “abandones” ya.
Más allá de lo filosófico, la conducción de moto en “flow” hace referencia a la “conducción en flujo”, que tiene que ver con el estado del piloto o conductor y que suele estar unido directamente al factor accidente.
Las motos más potentes, los mayores de 40 y los más avanzados, los que más riesgo tienen
La conducción de #moto en "flow" es más rápida y arriesgada, disminuye el control y la reflexión consciente 🏍️ 🛵.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) December 16, 2022
Solo se abandona ese estado al experimentar fuerte distracción o miedo repentino. Suele ir unido a ‘casi accidente’.
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Para explicar el efecto, la DGT apoya su argumento en un estudio de la Universidad de Postdam (Alemania). Este estudio apunta que son precisamente los pilotos más experimentados y no los noveles los más proclives a este "estado de trance", llevando la moto a velocidades no legales.
El perfil del motorista en estado de "flow" es varón con más de 40 años, moto de alta cilindrada y que lleva un tiempo sin coger la moto.
En otras palabras, cuando uno está habituado a conducir y lo hace de manera rutinaria o automática, el nivel de atención disminuye porcentualmente y entra en un estado de abstracción que se limita a conducir sin prestar atención a todo lo que le rodea.
La conducción en “flow” se acentúa más en los motoristas por el simple hecho del disfrute de la conducción. Enlazar una curva detrás de otra puede focalizar la atención en esa sola tarea, y dejar en el olvido todo lo que rodea al piloto: señales de tráfico, otros vehículos, percepción del entorno y la vía… Y claro, eso es un riesgo mayúsculo que la DGT quiere que todo motorista evite.
Para que quede algo más claro, el organismo señala que “suele estar acompañada de una velocidad excesiva y solo se abandona cuando el afectado experimenta una fuerte distracción: una sorpresa o un miedo repentinos”, o lo que es lo mismo, describen, “suele ir vinculado a un ‘casi accidente’”.
Si bien la DGT está señalando la conducción en "flow" con la siniestralidad de los motoristas, no queda clara la relación causa-efecto. La DGT no ofrece datos sobre cuándo ocurre, ni cuánto, ni su presenccia en accidentes mortales.
La siniestralidad de los motoristas, en datos
La DGT acompaña a esta explicación de otros datos en los que aseveran que “la moto es el medio de transporte más peligroso”, argumentando que “existe un riesgo 17 veces mayor de fallecer viajando en moto que en turismo, por kilómetro recorrido”, añadiendo que “solo en ciudad es 32 veces más arriesgado que viajar en turismo; cuatro veces más que hacerlo en bici; tres veces más que ir a pie y 450 veces más que en autobús”, basándose en este estudio de la OCDE.
Las estadísticas reflejan que, a pesar de los esfuerzos de la DGT por revertir la situación, la fragilidad de los motoristas es evidente. 2019 es uno de los peores años en cifras de motoristas fallecidos: 417 (24 % del total), y a la vez, es el colectivo que menos ha reducido la mortalidad en los últimos diez años: solo se han reducido un 5 % las cifras, mientras que en coche, por ejemplo, esa cifra es del 49 %.