Hemos llenado calles y ciudades con nuestras protestas, hemos demostrado un compañerismo y solidaridad que raramente se presenta en otras comunidades, tenemos costumbres exclusivas de los moteros y siempre tenemos un actitud afable y simpática cuando nos encontramos con otro igual. Nos sentimos la comunidad de amigos y compañeros más grande que existe y compartimos entre nosotros nuestra gran pasión.
Pero todo eso se va al garete cuando alguien hace un adelantamiento al límite, cuando se deleita a si mismo con un caballito en una zona urbana o cuando uno de nosotros fulmina con cortes de encendido a su máquina sencillamente por hacer ruido. En ese momento dejamos de ser moteros y nos convertimos en “esos locos de las motos”.
No nos engañemos, nuestra “gran” fama es la gran enemiga, es la razón por la que no hemos llegado mucho más lejos con nuestras protestas y peticiones. Es nuestro límite. Un grandísimo porcentaje de la población tiene en su mente que los moteros son esos que van a 300km/h enfundados en sus monos o aquellos que montados en sus Harleys intimidan al que se ponga por delante.
Somos gente con la cabeza amueblada y en su sitio que solamente busca poder disfrutar de su pasión sin tener que jugarnos la vida. Es por ello que hoy y desde aquí animo a todos a señalar con el dedo a aquel que se encarga de alimentar esa fama. No podemos permitir que una increíble minoría ruidosa siga molestando en nuestras manifestaciones y en nuestras concentraciones.
Hagamos que se sientan avergonzados cuando hagan un caballito, cuando se pongan a quemar rueda, cuando nos adelanten rodilla al suelo a 10 centímetros. Es hora de pararlo, debemos dejar atrás esa fama que llevamos ganándonos desde cuando si quiera las leyes te obligaban a llevar casco.
Y cuidado, por que son muchas veces los medios de comunicación los que se encargan de promocionar esta actitud macarra, por que no tiene otro nombre. Recordemos como hace unos años en la revista Motociclismo se dedicaban a realizar “pruebas espectaculares”.
“Duelo a 300km/h” lucía la portada en la que una Kawasaki ZZR1100 se enfrentaba a la máquina del AVE en su trayecto Madrid – Sevilla. A nadie se le ocurrió entonces pensar en el peligro que había corrido el piloto y los conductores que habían compartido con el aquella carretera dado la velocida media que rondó para conseguir llegar 15 minutos antes que la máquina de Renfe. Pero no solo ocurrían estos despropósitos en España.
¿Te suena Shane Byrne? Seguro que sí. Más conocido como “Shaky” fue campeón del BSB, corrió en MotoGp con la Proton KTM y actualmente es el compañero de equipo de Carlos Checa en el Althea Ducati de SBK. Pero años atrás éste y otros pilotos protagonizaron una serie de “películas” en las que se probaban las mejores motos del momento para la revista británica FastBikes Magazine.
Pero la verdad es que estas pruebas no eran las típicas a las que estamos acostumbrados. Se solían pegar unas buenas vacaciones por el sur de Europa conduciendo al límite sus máquinas por carretera abierta y poniendo en peligro al resto de conductores. Pero como una imagen vale más que mil palabras, dejo que juzgéis vosotros mismos esta “prueba” de una Ducati 996 y una Bimota SB8R (atentos al final).
Hay multitud de vídeos en la red con las aventuras de estos pilotos y en casi todo incumpliendo de alguna manera las leyes de tráfico y corriendo peligros totalmente innecesarios. Si os interesa o tenéis curiosidad estas películas se comercializaban bajo el nombre “How to pull wheelies and influence people“, algo parecido a Como hacer caballitos e influir en la gente.
Ya de poco sirve escandalizarse con aquellos vídeos y lo mejor que podemos hacer es tenerlos como el mejor ejemplo para demostrar que una conducción imprudente nos lleva a lo peor. Usemos la cabeza por que de nosotros depende cambiar nuestra fama y convertir la carretera en un lugar más seguro.
Fotos vía | Althea Ducati : Rueda Villaverde