El pique Pedrosa-Lorenzo viene de muy lejos. No se han aguantado nunca el uno al otro, para qué engañarnos, y ahora coinciden en la máxima categoría con motos que teóricamente pueden hacer que sus encuentros en la pista sean más frecuentes de lo que desearían. O por lo menos, creo que a Pedrosa no le gusta demasiado tener que luchar con Lorenzo.
Lorenzo, sin embargo, debe disfrutar como un enano de sus peleas con Dani. Jorge es un piloto al que le gusta la lucha en pista, mientras que a Pedrosa todo lo que no sea rodar en solitario le incomoda bastante. Y si el rival con el que tiene que disputarse las frenadas es Jorge Lorenzo, pues todavía más. Yo soy de los que opina que entre estos dos, la sangre acabará llegando al río más pronto que tarde, porque por mucho que Jorge haya trabajado a fondo el aspecto psicológico, su carácter innato es agresivo, extrovertido y ganador, mientras que en Dani tenemos un piloto más bien reservado, introvertido y, en general, no demasiado buen perdedor (o al menos eso creo yo).
De momento, con sólo una carrera disputada, ya hemos tenido el primer capítulo de esta historia de amor: Dani Pedrosa no felicitó a Lorenzo ni por su pole ni por su extraordinario debut, y Jorge no se cortó un pelo en airear la antipatía de Pedrosa en el podium qatarí.
No me digáis que no le da otra vidilla a las carreras saber que entre determinados pilotos hay un pique que va más allá de los puntos: esos duelos Doohan-Crivi, esos duelos Rossi-Biaggi... Y ahora tenemos los Lorenzo-Pedrosa. No promulgo el mal rollo entre pilotos, pero bienvenido sea de vez en cuando.
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