Maverick Viñales: el ave fénix que ha devuelto a Yamaha a la élite de MotoGP
Se palpaba en el ambiente que la victoria de Yamaha estaba cerca. Desde el Gran Premio de Jerez, la marca japonesa comenzó una senda positiva y de buenas sensaciones que auguraban que la tormenta escaparía pronto. En Assen, diez Grandes Premios y ocho meses después, Yamaha y Maverick Viñales volvieron a ganar una carrera de MotoGP.
Como el ave Fénix, el mito griego cuya vida se regenera cíclicamente, Yamaha vuelve a estar en la élite de MotoGP y lista para luchar. Y es que diez carreras sin ganar puede no parecer demasiado, pero la crisis era aún más honda. Desde el Gran Premio de Holanda de 2017 hasta el de este año Yamaha solo había ganado una carrera. Una victoria en dos años.
Yamaha solo había ganado una carrera de MotoGP en los dos últimos años
Y es que los brotes verdes y la ilusión han llegado a Yamaha, que ha hecho tres poles en las últimas cinco carreras, todas cortesía de un Fabio Quartararo que cada vez deja más claro que es el futuro de la marca y de MotoGP. En cuanto a Viñales, está más confiado y maduro, ya no falla en las salidas y cada vez se encuentra más a gusto en la M1.
A Maverick Viñales ya se le ve cómodo y dominando la Yamaha. Ayer cometió varios errores de trazada que le hicieron perder posición y tiempo con Marc Márquez, pero no se volvió loco. A cada error, una recuperación rápida que demostraba que él era quien tenía el ritmo. El Viñales que vimos a principios de 2017 volvía a estar en la pista.
Ahora Viñales ya está tan solo a siete puntos de Valentino Rossi en la clasificación del mundial y promete dar guerra en la lucha por la supremacía dentro de Yamaha. Recordemos que, pese a sus problemas al inicio, a Maverick Viñales se lo han llevado tres veces por delante en las ocho carreras que llevamos, sin tener él responsabilidad. Sin esos incidentes, muy probablemente estaría en la batalla por el subcampeonato.
La única cruz del equipo es Valentino Rossi. El piloto que había salvado la honra en los momentos difíciles se está viendo totalmente eclipsado por sus compañeros cuando la Yamaha vuelve a ser competitiva. En Assen sumó su tercera caída consecutiva, algo que solo le había sucedido en 2011, su primer año con Ducati. Y ya lleva más de dos años sin ganar una carrera.
Una pena para la carrera fue la caída de Álex Rins en la tercera vuelta. El de Suzuki parecía ya desde el viernes el piloto con más ritmo junto a Maverick Viñales y estaba dispuesto a romper la carrera desde el principio. Una caída yendo líder que fue toda una declaración de intenciones: Rins no solo se veía capacitado para ganar, sino que podía hacerlo en solitario. Esta vez, las prisas fueron traicioneras.
Who wants to lead this race?! 🤔@mvkoficial12 loses the advantage due to an error at turn 1, then scythes straight back past @marcmarquez93! 🔄#DutchGP 🇳🇱 pic.twitter.com/YDj888Dw8x
— MotoGP™ 🇳🇱 (@MotoGP) 30 de junio de 2019
El error de Rins permitió que Marc Márquez pudiese volver a correr tranquilo y el de Honda jugó con todos. Como él mismo confesó tras la carrera, se aprovechó de Maverick Viñales para escaparse del resto, que eran sus verdaderos rivales por el campeonato, y alcanzar una segunda posición en un fin de semana en el que se le vio muy incómodo.
Sin la caída de Álex Rins tal vez Márquez se hubiese visto forzado a mantener un ritmo demasiado alto desde el inicio, además persiguiendo a un piloto que estaba relativamente cerca en el campeonato. Pero sin Rins en carrera y con Fabio Quartararo en cabeza imponiendo un ritmo lento, Márquez pudo volver a hacer su juego y sale de Assen con el mundial prácticamente en la mano.
Por detrás, la Ducati Desmosedici GP19 se sigue mostrando como la mejor moto, o al menos la más completa, pero sus pilotos no tienen esa extra para estar por delante del tope que marca la máquina. En Assen eran inferiores a las Yamaha y las Suzuki, y se las apañaron para sacar un cuarto y un sexto puesto. Probablemente el mundial de marcas no se les escape, el de pilotos ya es otro cantar.