El otro día estuve hablando con la Señora que barre el box del Repsol Honda Team de MotoGP. Por que claro, está muy bien todo eso de tener un motor de 1000cc, un cambio extra-rápido, unos neumáticos que van de perlas a la mejor moto del campeonato y que el Campeón del Mundo esté entre tus filas. Pero al final queda todo perdido y alguien tiene que ocuparse de limpiar lo que se ha ensuciado con este ir y venir de gente y motos.
El caso es que encontré a la Señora muy preocupada y nerviosa. No era la de las otras veces, algo le da vueltas en su cabeza sin encontrar una solución que la calme. Será que le han dicho que el australiano se va y esto le ha entristecido porque era muy limpio y apañadito. Y aunque en su vida ha cruzado una palabra con él nos dice que últimamente ya no era el mismo, que ha empezado a dejar cosas desordenadas e incluso algún pañal que otro le ha tocado recoger de las papeleras en las últimas carreras.
Dice la Señora que limpia el box de Repsol que le han dicho las compañeras de otros box que hay un jovenzuelo de los que ya pocos quedan. Por lo visto es igual o mejor de limpio y ordenadito que el australiano que se va. También le han contado que da mucha más guerra el padre del joven, que deja todo perdido después de cada carrera entre los nervios el cruzar los dedos y morderse las uñas. Pero también le han dicho las compañeras que: no se por qué norma o regla no puede ir a ese box, ellas no entienden el porqué de estas normas. Dice que hablará con “el jefe” para intentar que venga al equipo pero no las tiene todas consigo, ya que “el jefe” tiene las cosas claras y es una lástima porque el jovenzuelo tiene buenas referencias.
Pero claro al preguntarle por Pedrosa al que tantos años le ha mantenido sus cosas como la patena, a la Señora que limpia el box de Repsol, se le llena la cara de tristeza. Sin duda le ha cogido mucho cariño, pero ella está allí para limpiar y los últimos años han sido muy duros con él. No hacía más que traer las motos rotas, ensuciándolo todo. A punto estuvo de estallar y llamarle la atención de tanto aceite que limpiaba. Y lo peor de todo según me cuenta, es que muchas veces recogía restos de gasas algodón y betadine. Con lo que mancha eso. Pero en los ojos de la Señora que limpia el box de Repsol se ve claramente su pena, ya que pese a los años que llevan juntos con esta relación ensucia/limpia puede terminar con su paciencia, en cuanto tenga otra racha de las malas.
Ahora, el que sigue siendo su ojito derecho por mucho que ensucie es como dice la Señora que limpia el box de Repsol “su italiano”. Ya lo conoce de hace muchos años. Ha limpiado muchas veces su box después de la carrera y pese a que el trabajo con él es duro y en el pasado ha tenido algún enfrentamiento por como dejaba todo desordenado, no se lo tiene en cuenta. Bueno, si se lo tiene un poco en cuenta porque ya avisa que si viene a su box, no va a consentir ningún muro por bruto que se ponga. Que no es lo mismo barrer de una sola tirada todo el box a tener que pasar de un lado a otro. Y ese tipo de caprichitos aquí se han acabado.
No me pude resistir y pregunté a la Señora que limpia el box de Repsol, si había oído hablar a los japoneses sobre “el de Mallorca”. Como siempre puso mala cara. Se que aunque hubiera oído algo no lo iba a decir, pero eso sí, enseguida me dio su impresión personal:
Yo estoy aquí para limpiar lo que haga falta, pero tantos gallos en el mismo corral lo pueden dejar todo como el palo del gallinero.
Fotos | Repsolmedia