A estas alturas de temporada, y habiendo llegado ya al parón estival, parece cada vez más claro que el Mundial tiene ya nombre y apellidos: Casey Stoner. Y es que si bien es cierto que la diferencia con la que Valentino Rossi salía el año pasado de la prueba de Laguna Seca respecto al líder de entonces, Nicky Hayden, era superior a la que este año le saca Casey Stoner, para mí no tiene nada que ver uno con otro. Stoner es realmente un rival temible, y ya ha ganado 6 carreras de las 11 disputadas. Nicky ganó el año pasado en toda la temporada sólo 2. Recortar esa diferencia de 44 puntos al joven australiano va a ser muy pero que muy complicado. Pero cosas más raras se han visto, y en este deporte, te sale una carrera mala y los nervios ya vuelven a estar ahí, así que habrá que esperar.
Pero lo que me gustaría es analizar un poco más a fondo los tres factores que toman parte en cada Gran Premio y de los que dependenlos resultados de la carrera del domingo: piloto, moto y neumáticos, escritos por el orden de importancia que debería ser. Si empezamos por la moto, es evidente que Ducati posee este año una moto de carreras perfecta: rapidísima en las rectas, y con una aceleración brutal. Puede que no sea tan ágil en curva como la Yamaha, pero desde luego que tampoco es mala en ese aspecto. No hay más que recordar como se movía la Ducati de los años anteriores en las manos de Capirossi. Nada que ver con este año. El apartado neumáticos bien merece un post especial. Este año están siendo un factor demasiado determinante, y eso es malo para el espectáculo. En general Bridgestone está dando un repaso a Michelin esta temporada, y el factor suerte en la elección de neumáticos ha entrado con fuerza en la ecuación en este 2007. Que puntualmente baje de rendimiento un neumático en una carrera puede pasar, pero no puede ser que ya desde antes de empezar los entrenamientos estés condicionado todo el fin de semana de Gran Premio por una mala elección de gomas, sin poder dar marcha atrás. Y finalmente, llega el factor clave: el piloto. Casey Stoner está pilotando este año con una autoridad, una confianza y una concentración de campeón. Tiene una moto buena, que le ha permitido en muchos circuitos no tener que arriesgar tanto en las zonas reviradas porque las pequeñas diferencias que le pudieran sacar allí las recuperaba fácilmente en las rectas, pero aún así, hay que saber pilotar esa moto. Sin ir más lejos, Loris Capirossi tiene la misma moto, y no está mostrando, ni muchísimo menos, el nivel de Casey. Y Capirossi es un piloto con una claidad más que demostrada. Así que al César lo que es del César: sí, quizás tenga la mejor moto y calce los mejores neumáticos, pero esa combinación de factores sin unas manos adecuadas no son suficientes. Este año sólo lamento una cosa: sin la regla absurda de los neumáticos estaríamos vivendo un año memorable, con constantes luchas en cada carrera entre Stoner y Rossi, y si la Honda lo permitiera, Pedrosa. Pero como uno va con Bridgestone y el otro con Michelin, rara vez la lucha es de tú a tú de verdad. Y es una lástima para el espectáculo.