Ducati 959 Panigale Corse: la Panigalina se viste de carreras con Öhlins y Akrapovic

Cuando tienes una moto como la Ducati 959 Panigale, es muy difícil conseguir sorprender y sobre todo, mejorar un producto tan espectacular y efectivo. Sin embargo, si hay una marca capaz de dar un paso más cuando es necesario, esa es Ducati y así lo ha hecho con la 959 Panigale Corse.

La mejor manera que había de conseguir que un pepino como la 959 Panigale llegase un paso más lejos era la que han elegido los ingenieros italianos. Esta manera no ha sido otra que la de hacer un misil más racing todavía a pesar de su ligera reducción de potencia debido a la adaptación a la normativa Euro4. Ya sabíamos que el cambio no iba a ser muy grande frente a la Panigale, pero sí es suficiente para ganarse nuestra atención.

Aún más deportividad con aires de carreras

Que no os engañe, aunque veamos que el propulsor bicilíndrico tiene 7 cv menos que en la versión anterior, la 959 Panigale Corse sigue siendo un lobo con piel de cordero. A nivel mecánico la “pequeña superbike” italiana no presenta muchos cambios frente a su predecesora. Es más, el gran cambio que supone la palabra Corse está prácticamente totalizado en el apartado ciclo.

Los dos cilindros de la bestia italiana son capaces de dar un par motor nada despreciable de 102 Nm a 9.000 rev/min. Este empujón unido al bramar tan característico de las Ducati nos asegurarán el salir de las curvas muy fuerte… y llamando mucho la atención, como siempre que vayamos subidos a una de las motos de la marca de Borgo Panigale. Estas prestaciones son más que suficientes para disparar sus 197,5 kg de puro músculo.

El bastidor de la 959 Panigale Corse sigue siendo el del modelo anterior, el monocasco de aluminio fundido con la zona de la pipa de la dirección anclada a la culata. La rigidez se completa con la que ofrece el propio motor. Este concepto de bastidor también canaliza el aire ejerciendo de airbox y alojando tanto el filtro del aire como los cuerpos de inyección.

Y por fin llegamos a la parte más Corse de toda la 959, las suspensiones. En lugar de equipar las horquillas Showa estándar, la Corse viene de serie con unas Öhlins NIX 30 multiajustables de 43 mm con tratamiento en nitruro de titanio. Para completar el pack, el amortiguador trasero es el TTX 36, una de las mejores obras de Öhlins. Como no podía ser de otra manera, el amortiguador de dirección también viene firmado por la marca sueca.

En el apartado de la electrónica, los cambios no son muy notables. Al igual que en la 959 Panigale, en la Corse podremos seleccionar entre tres modos de conducción. Si queremos ir sobre seguro en asfaltos deslizantes, siempre podemos usar el modo Wet. Si por el contrario queremos la versión más radical, el modo Race es nuestra mejor opción. Pero como en el equilibrio está la virtud, siempre podremos poner el modo Sport y disfrutar de un motor lleno pero dosificable para la calle.

Sistemas de seguridad como el ABS, el control de tracción y el control de freno motor nos ayudarán a disfrutar de la moto italiana sin sobresaltos. Eso sí, también podremos disfrutar de ella sin cortarnos mucho gracias al shifter (Ducati Quick Shift) que nos permitirá cambiar de marchas sin cortar el gas en ningún momento. El embrague anti-rebote nos ayudará también a bajar marchas sin compasión si queremos exprimir al máximo el modo Race.

El otro gran aliciente de la 959 Panigale Corse es su estética. Marcada con las llantas negras, la versión más deportiva de la superbike italiana no dejará a nadie indiferente. Por si acaso, en Ducati se han asegurado de ello añadiendo un doble escape Ducati Performance en titanio firmado por Akrapovic.