No es la primera vez que os enseñamos transformaciones en motos de baja cilindrada. Esto no suele ser lo habitual, invertir tanto tiempo y dinero en este tipo de motos, pero si el preparador es bueno el resultado final puede superar al de una moto grande sin ningún problema. Precisamente este es el caso de Valery, la última creación que sale de los talleres de Nookbikes, donde podemos ver una auténtica transformación al estilo Old School de una Yamaha Special 250cc con un resultado espectacular.
Como si del cuento del patito feo se tratase, el conseguir que de una funcional Yamaha 250 salga una moto de tan bella factura como Valery os podéis imaginar que lleva un proceso muy laborioso de transformación y muchas horas de diseño. Y como no puede ser de otra manera todo empieza con la Yamaha Special 250 desmontada por completo, para que poco a poco vaya tomando la forma que podéis ver.
Según nos comentan sus creadores se ha tratado de hacer que desaparezcan cualquier tipo de plástico y cables de la moto dejando al descubierto el chasis pintado en rojo, que por cierto nunca pensé que tuviera este aspecto y que quedara tan bien a la vista. Además, hay que tener en cuenta que aunque no lo parezca la Yamaha Special de serie tiene una horquilla delantera bastante larga, muy al estilo chopper, tendencia que en Valery ha llegado a desaparecer casi por completo dejando un línea mucho más plana.
Si nos vamos fijando con detenimiento hay infinidad de pequeños detalles que hacen del conjunto una bonita moto, incluso los guardapolvos de la horquilla delantera fabricados en color rojo para la ocasión son exclusivos. Así por ejemplo el manillar fabricado por Nookbikes hace que la posición de conducción de esta moto sea completamente diferente a la de origen. El faro delantero de Harley Davidson y el marcador espartano junto con esos puños de goma también en color rojo le dan un aspecto a la parte delantera muy “cafetero” y diferente a lo que estamos acostumbrados.
Podríamos seguir con numerosos detalles como la batería que se aloja a la vista y a la que por capricho de sus creadores le quisieron ocultar lo máximo posible los cables de conexión, o la aleta trasera de origen transformada y dejada en la chapa sin pintura, simplemente con una capa de laca, o el asiento sencillo, cómodo y vistoso con ese ribete en rojo que también armoniza en el conjunto, o la llave de contacto bajo el asiento. El motor también esta lucido para la ocasión y destaca su filtro de aire externo con el que han suprimido un motón de plástico de la caja del filtro.
Pero sin lugar a dudas, la pieza que más destaca en Valery es su depósito. Proveniente de una sportster y recientemente galardonado en Motauros 2013 como la moto con la mejor pintura. Si nos fijamos con atención en detalles de pinstriping como la calavera mejicana, las líneas del contorno o las letras de la parte inferior ya podemos apreciar el trabajo que lleva. Pero a mí personalmente lo que más me gusta es la pintura en sí del depósito, que aunque no lo parezca deja ver la chapa de la que está construido, como si le hubieran puesto un barniz naranja y su posterior lacado.
Desde luego que la moto ha quedado muy bonita y se valora aún más el trabajo al saber que Valery algún día fue una Yamaha Special 250.
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