Mientras que la firma de Milwaukee se adentra en terrenos totalmente desconocidos con la irrupción de la LiveWire, su primera moto 100% eléctrica, llega para reivindicar el segmento más purista la Harley-Davidson Low Rider S.
Este nombre conocido y reputado en la gama americana vuelve para reencarnarse en una custom de estilo cruiser con el mejor equipamiento disponible en la fábrica y tomando como base el chasis Softail.
Harley-Davidson Low Rider S: más que un nombre, un estilo
Los principios son algo que está grabado a fuego en la filosofía de Harley-Davidson. El respeto por los orígenes no se pierde de vista en la marca americana pese a que estén intentando abrir su mercado para frenar la sangría de pérdidas en sus cifras de venta. Así, hay nombre que vuelven del pasado para seguir ofreciendo justo lo que un harlista quiere.
Tomando como inspiración los diseños de la costa oeste de Estados Unidos, la Harley-Davidson Low Rider S bebe las aguas de los modelos lanzados con el mismo nombre en los años 80, cuando desde el sur de California extendieron su popularidad a todo el mundo.
A diferencia de aquellos modelos, la Low Rider S se monta tomando como punto de partida un chasis Softail con amortiguación oculta en lugar del Dyna con amortiguadores laterales que se utilizó en origen. Se mantiene la misma actitud agresiva, pero para esta Low Rider moderna se ha conseguido una moto más potente y ágil que nunca, según la marca.
Los rasgos que definen a esta Low Rider S son una zaga baja que contrasta con una parte delantera contundente, gracias a un manillar alto montado sobre torretas rectas, además de una pequeña cúpula para el faro y un asiento monoplaza y bastante bajo.
En la carrocería los cromados se sustituyen por elementos acabados en negro para enfatizar la agresividad, incluyendo el propio motor, la transmisión primaria y el cuadro de mandos, además de los escapes, la admisión o las tapas de balancines, además de otros muchos componentes a juego, como el piloto trasero LED con acabado ahumado. El depósito de combustible forma parte esencial en el conjunto estético y tiene una capacidad de 19 litros.
Las llantas son modelo Radiate de fundición de aluminio en medidas de 19 pulgadas delante y 16 pulgadas detrás, pero a diferencia del resto de la moto están acabadas en color bronce oscuro mate. Las opciones de color para la Low Rider S son Negro Vivo y Barracuda Silver.
Manteniendo el aspecto de suspensión rígida típico de los chasis Softail, el chasis se ha modificado para aligerarse, aunque según Harley-Davidson la Low Rider S no ha perdido rigidez. La parte ciclo recurre a una horquilla invertida delantera de 43 mm y un monoamortiguador trasero con ajuste hidráulico de precarga con mando remoto. La frenada recurre a un doble disco delantero de 300 mm con ABS.
Colgado de la estructura de acero de Milwaukee se encuentra un propulsor Milwaukee-Eight 114 con una cilindrada enorme, de 1.868 centímetros cúbicos. Se convierte así por derecho propio en el motor más grande que se puede encontrar en la gama Softail y tiene una dosis de par motor de 161 Nm a tan solo 3.000 rpm.
La marca americana asegura que es más suave que nunca con la introducción de un doble eje de equilibrado, además de ser el más eficiente gracias a las culatas de cuatro válvulas revisadas y el uso de doble bujía.
El precio de la Harley-Davidson Low Rider S para el mercado español será desde 21.600 euros, aunque aún falta algún tiempo no definido para que llegue a los concesionarios.