Harley-Davidson X8E de Steve McQueen
Dicen los entendidos que los vehículos "de lujo" están convirtiéndose en un refugio para las inversiones de capital. Algo así como si de repente la gente que tiene mucho dinero (que los hay) hubiese decidido dejar de invertir en acciones y cosas así para dedicarse a comprar cosas tangibles que luego puedan revender sin depender de las variaciones de un mercado que nadie es capaz de controlar.
Si eres alguno de estos, el próximo jueves podrás participar en la subasta que va a hacer Bonhams y pujar por esta Harley-Davidson X8E de 1912 que perteneció a Steve McQueen. Se espera que el precio final ronde una cifra entre los 100.000 y los 120.000 euros. Cosas de que el marine pusiera las manos sobre ella.
Las características técnicas de esta moto, comparadas con algunas actuales no son nada del otro mundo. Su bicilindrico F-Head de 989 cc era capaz de dar 8 cv, lo que le permitía alcanzar la friolera de 105 km/h. Teniendo en cuenta que apenas cuenta con unos muelles en la horquilla delantera para hacer de suspensión y que las carreteras de hace cien años no eran precisamente lisas, nos da una idea de lo divertido que era conducir una moto de estas en su época.
Vamos a hacer un cálculo rápido sobre el precio original de la Harley-Davidson X8E que costaba 285 dólares de la época, lo que en la actualidad serían 6.600 dólares, o lo que es lo mismo unos 5.500 euros. Si tenemos en cuenta que el salario anual medio de la época era de 60 dólares, y lo convertimos a la actualidad, no da unos 1.400 dólares. Todo esto nos permite afirmar que el precio de esta Harley-Davidson era de algo más de cuatro veces y media el salario medio anual de una persona. Lo que no parece dejarlas al alcance de muchos.
También se ofrecía como opción la transmisión final por cadena o mediante correa de cuero. El asiento iba montado sobre muelles para mejorar el confort del conductor, y en muchas de las que se vendieron la luz todavía procedía de una lámpara de carburo en vez de una bombilla eléctrica.
Todo esto, ciento dos años más tarde, y tras pasar por las manos de Steve McQueen, un mito de Hollywood, que parece que no le dedicó mucho tiempo, la convierte en una pieza muy apetecible para los coleccionistas. La pena es que una moto así seguramente llevará un montón de años sin siquiera arrancarse, y mucho menos rodar. Con lo que su objetivo principal cuando se diseñó se ha perdido por completo.
Eso sí, en cien años ha conseguido costar entre diez y doce veces el salario de una persona (mileurista por más señas) desde las cuatro veces y media que costaba en origen. Parece que vamos mejorando.