Al ritmo de 'Bad to the Bone'a Harley-Davidson se le atribuye cierta fama ruda, con sus ruidosas y enormes motos. De hecho, hace no demasiado tiempo sacaron su Stage IV del Screamin' Eagle 135ci, el propulsor yanqui más potente y grande de la historia para calle.
Sin embargo, hubo una época en la que la casa de Milwuakee tuvo en su catálogo algo que no iba mucho con sus valores: la H-D Shortster. A la postre, una Honda Monkey pero en versión Harley-Davidson. Alguna todavía sobrevive por las carreteras incluso.
8 CV y más de 50.000 unidades vendidas, ¡éxito rotundo!
A todos los amantes del mundo de las dos ruedas les debería sonar el nombre de 'Sportster', que lleva produciéndose desde 1957. Ahora imagínate una versión algo (bastante) más pequeña que la Sportster: así es como nació la H-D MC-65 Shortster.
Lo curioso de esta pequeña moto es que es prácticamente idéntica a la Honda Monkey, pero con los logos de Harley-Davidson. ¿Tiene que ver? Mucho. Honda sacó en los años '60 su pequeña moto que causó mucha revolución, ¿y qué hicieron los demás fabricantes? Sacar copias; esta fue una de ellas.
En esta decisión tuvo mucho que ver Aermacchi, una marca de motos ya extinta que fabricaba modelos de baja cilindrada. H-D la acabó comprando, y como su filial tenía mucha experiencia en ese tipo de motores de dos tiempos, acabaron creando esta diminuta muestra.
Curiosamente, si miramos la ficha oficial del producto esta moto se llamó oficialmente "Aermacchi Harley-Davidson", detalle que incluso venía impreso en el depósito.
El primer modelo llegó en 1972. Murió un año después para dar a luz a otro modelo; fue sustituida por la X-90 Shortster, que aumentó algo más cilindrada. Esta cubicaba 63,8 cc y tenía un carburador Dell'Orto ME. En versiones posteriores llegó a los 90 cc, 9 CV de potencia y un diámetro de carrera de 48 mm x 50 mm para un ridículo peso de 57 kg.
Entre todas las series del modelo llegó a sobrevivir algo más de cinco años, y no tenía grandes artificios: horquilla telescópica, doble amortiguador trasero, frenos de tambor y hasta una caja de cambios de tres y cuatro velocidades dependiendo de la versión. Un buen juguete que incluso tenía homologación para llevar a dos personas.
Era una moto llamativa que tenía un objetivo: captar al público más joven. Por eso H-D las repintó con colores de lo más llamativos, al más puro estilo Honda Monkey: rojo, amarillo y azul.
Su éxito no fue cosa de poco, ni cayó en el olvidó. No podemos compararla con la Honda Monkey, que hoy en día sigue en producción, pero sí que sus cifras apuntan a casi 50.000 ventas: 9.000 del primer modelo MC 65; 17.000 del X 90 y otras 18.000 del Z 90. Hasta que un día desapareció del catálogo y nadie supo nada más del modelo, excepto en alguna subasta ocasional.