Una KTM 1290 Super Duke R, el Circuito de Albacete y la noche. Cara a cara con la bestia
Una vez más, nos hemos venido hasta el Circuito de Albacete con los chicos de LMR Power para poner a prueba a la KTM 1290 Super Duke R conjuntamente con las Alpinestars S-MX Plus de las que ya hablamos. No podía dejar pasar la oportunidad de sentir en toda su gloria el gran motor que han desarrollado en Austria para esta gran naked capaz de excitar al más eunuco.
En carretera, por mucho que quieras hacerte una idea, es imposible conocer motos tan histriónicas como esta más allá de un mínimo porcentaje sin jugarte el tipo. Así que llegamos, desmontamos equipamiento superfluo, comprobamos presiones en frío, ajustamos, ya retocaremos en caliente luego y... ¡A darle al mango!
La KTM 1290 Super Duke R saca las uñas
Las primeras vueltas siempre nos las tomamos como un contacto con la moto, aunque la conozcamos ya, estamos en un circuito, esto es diferente. Hay que calentar (más aún de lo que ya nos tiene esta austríaca, guiño). Paramos antes de finalizar la primera tanda y ajustamos los mandos a nuestro gusto. Poco más que la regulación de las manetas.
La puesta a punto de las suspensiones me parece muy buena así que no tocamos nada, y la postura del manillar es sencillamente genial. En parado, maniobrando con ella para las fotos, te puedes llegar a pillar con el alto depósito girando al máximo, pero en movimiento tiene una función muy útil.
En determinadas situaciones, si lo necesitas, puedes apoyar el brazo sobre el depósito y algo que podemos hacer normalmente casi en cualquier moto, en esta se puede hacer con una naturalidad espantosa. Digamos que el depósito queda muy a codo.
Segunda tanda, ya estamos calientes pero estiramos un poco antes de salir. Un par de vueltas para calentar bien neumáticos y empezamos a tantear, llegamos a la paellera de entrada a meta, dejamos al motor a punto de caramelo en tercera y ¡vamos allá! Abrimos gas a tope y... ¡Madre del amor hermoso! ¡Cómo empuja este motor! Es algo irracional.
KTM 1290 Super Duke R, una bestia con cabeza
Hay empuje desde muy abajo, y aunque creía que arriba estiraría algo más, el desarrollo tirando a largo cunde de forma exagerada, pronto aparecen los 200 km/h en el cuadro sobre la corta recta de Albacete. Los tramos rectos son arrollados sin compasión por 180 escandalosos caballos pero curiosamente bajo una sensación de control bastante curiosa.
Cuando llegas a la siguiente curva te puedes colocar mientras frenas tarde, muy tarde, el chasis acepta sin rechistar, gira allí donde le ordenas y se mantiene imperturbable en el sitio ordenado esperando que una vez más fustigues los cuartos traseros hasta que los tímpanos se inundan con un relincho adictivo.
Escuchar a la KTM 1290 Super Duke R juguetear con las 9.000 vueltas impresiona, pero más vale que te agarres bien y busques rápido el apoyo que ofrece el escalón del asiento trasero, el empuje es grotesco. ¡Me encanta!
Pero lo que realmente es encantador es lo bien que trabajan las suspensiones. Vale que frenando muy fuerte hay un poco de balanceo hacia delante, pero llegamos con mucho empuje, y hay que parar toda esa inercia. El equipo de Brembo tiene la culpa con una mordida potente pero no es nada preocupante. Quizá con el paso de las vueltas hay un tacto un poco impreciso en la maneta derecha.
Si nos ponemos a hablar sobre la tecnología que incorpora la última Super Duke R ya sabéis lo que he dicho muchas veces, que siempre me han gustado las motos sencillas y ligeras pero muy bien puestas a punto de chasis y con cuanta menos electrónica, mejor. Pero en situaciones como ésta me quito el sombrero.
Para haceros una idea, fijaos en cómo son los días ahora, casi otoñales. Por el día bajo el sol se está fenomenal, pero en cuanto los rayos dejan de incidir con toda su fuerza la temperatura cae bastante. Así que os podéis hacer una idea del cambio de grip de la pista albaceteña de rodar por la tarde a rodar de noche con un considerable descenso de temperaturas, viento constante y un poco de humedad.
Los 180 caballos del motor de la KTM 1290 Super Duke R quieren seguir galopando con la misma alegría, pero la relación entre las gomas y el asfalto no es tan acalorada como antes, así que en algún punto crítico como la curva de la cafetería, en la que abres gas a fondo inclinado hacia el lado izquierdo después de venir del curvón a derecha de entrada a meta, la recta, y otros tres apoyos fuertes al mismo lado.
Con el flanco izquierdo del neumático bastante fresco el respaldo del control de tracción era de gran ayuda al abrir gas con decisión. Bastantes veces en el mismo punto, y algunas más en otros, el sutil apoyo que nos ofrece el MTC nos ayudaba a mantenernos sobre la moto tras unos deslizamientos de la rueda trasera considerables.
Y más de lo mismo con el ABS. El sistema 9M+ de Bosch funciona casi de manera imperceptible y con una regulación que ya quisiera para sí aquél de la MV Agusta Brutale 800 que me dio algún susto a final de recta. La dotación de la KTM tienes que llevarla muy al límite para que notes cómo entra ya de manera más descarada.
Bajando dos marchas de golpe a final de recta y apoyado con suavidad en el freno trasero mientras apretamos fuerte de delante podía escuchar como el neumático delantero chillaba forzado por la gran retención del motor, pero sin llegar a actuar el ABS.
La configuración en modo Sport es realmente placentera, tanto del MTC como del ABS. Algo a lo que también ayuda el embrague anti-rebote, claro. Los motores bicilíndricos destacan por su retención en frenada, pero ya os digo, que con dos marchas de golpe el PASC digiere ese exceso de fuerza y no aparece ningún rebote que ponga en cuestión la integridad del amortiguador trasero.
Pero todo lo bueno se acaba, la noche está muy entrada ya y cada vez cuesta más mantener el calor entre tandas pese a que la KTM nos mantiene animados. Hay que ir poniendo punto y final a esta experiencia. Algo especialmente complicado teniendo en cuenta que con todas sus particularidades sólo puedo pensar en lo genial que es esta moto.
Y perdón por la imparcialidad, pero co***es, ¡es que es muy buena!
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