Sólo los publicistas sabrán lo que se toman cuando reciben el encargo de compañías con la historia e imagen de marcas como Harley Davidson o Vespa. Al intento de HD de venderse como la productora de motos para los jóvenes rebeldes dejando atrás barbas y barrigas se sumó pronto su capacidad para cazar mujeres. Sin comentarios nos dejó el duelo entre una piloto a bordo de su MV Agusta y la sonrisa de Nico Rosberg. Hoy, inscribimos en la lista de publicidad -bochornosa- arriesgada a la querida y amiga Vespa.
Las populares motos del Grupo Piaggio se han vendido como churros el primero de enero. Su agilidad, carácter económico, fiabilidad y estilo las hacen ideales para moverse por la urbe de modo rápido y barato. En los últimos años se convirtieron en objeto de deseo de jóvenes más preocupados por la imagen que por otra cosa, y las Vespas, aparecían en las páginas de VOGUE junto a la última topmodel. Pues bien, ¿cuál es la tendencia ahora que no hay tanto dinero para caprichos? Acercarse al nutrido sector de hipsters del mundo contándoles que mejor que restaurar una antigua Triumph es comprarse una Vespa.
La diferencia es notable. Para ACW Grey, la agencia de publicidad de Tel Aviv responsable, la diferencia entre el hipster y el empollón reside únicamente en el vehículo con el que se mueve. Sin Vespa, rarito. Con Vespa, hipster. La campaña destinada a medios impresos tendrá, desde luego, el efecto deseado llamando la atención del lector. Por desgracia para Vespa sospecho que las últimas motos del catálogo no son el objeto más preciado por los hipster, que buscan algo con un par de décadas a sus espaldas.
Vía | Bikes in the fast lane -> Ads of the world