La aventura de Damian, un viajero polaco que cruzaba Sudamérica en moto, terminó de la forma más inesperada, simbólica y tristemente posible: con su BMW R 1250 GS 2022 sepultada bajo tierra en lo profundo de Perú. Un final abrupto para un viaje soñado… Por un simple despiste de un milisegundo. Y hay vídeo.
Tras embarcar su moto en Dallas y rodar por Colombia, Ecuador y Perú hasta la frontera con Chile, Damian se propuso regresar por una ruta alternativa que lo acercara a la cuenca amazónica.
"No hay nada que hacer" por la moto
En Cusco dejó atrás las carreteras principales y se adentró por caminos de tierra cada vez más complejos. Quería aventura real. Y la encontró... Vaya que si lo hizo.
Mientras cruzaba un sendero estrecho, en apariencia más fácil que otros tramos anteriores, giró brevemente la cabeza para comprobar si llevaba bien atadas las botas. Fue suficiente. La rueda delantera se desvió apenas unos centímetros... Y la GS se precipitó por un acantilado oculto por vegetación. Él logró salvarse de milagro. La moto, no.
En el vídeo ya se puede apreciar lo que queda de la moto: abandonada a un amasijo de hierros alemanes de la que poco queda.
Horas más tarde, con ayuda de un agricultor local, bajó hasta el lecho del río donde yacía su moto destrozada. "En cuanto la vio, el campesino solo cubrió la moto con hojas, como diciendo: "No hay nada que hacer’", contaba Damian en su relato.
Después de haber superado zonas de barro, ríos crecidos y todo tipo de obstáculos, la ironía fue que su moto murió en el tramo más fácil. Y aunque logró salir ileso, la pérdida fue un mazazo. Damian, que no busca seguidores ni patrocinadores, lo tiene claro: "No me toméis como ejemplo, yo vivo mi vida y mis sueños a mi manera".
Antes de abandonar el lugar, cavó una fosa improvisada y enterró su BMW R 1250 GS. Como un rito íntimo. Como quien se despide de un compañero de ruta. Como quien acepta que los sueños a veces también acaban bajo tierra. Literalmente, en este caso.
¿El problema? Que en Perú eso es tan ilegal como en España. De acuerdo con la Ley General del Ambiente (Ley N.º 28611) y reglamentos de residuos sólidos, en Perú el tratamiento de vehículos fuera de uso está regulado principalmente por normas ambientales. Enterrar una moto se considera una forma inadecuada de disposición de residuos peligrosos o especiales, ya que puede generar contaminación del suelo y aguas subterráneas.
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