Fue propietario de una de las tiendas que más motos de segunda mano vendió en Japón. Ahora ha dado seis consejos antes de comprarse una

Fue propietario de una de las tiendas que más motos de segunda mano vendió en Japón. Ahora ha dado seis consejos antes de comprarse una
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Comprar una moto usada puede ser una experiencia gloriosa… O un desastre con matrícula. El hecho de enfrentarse a una compra de segunda mano puede acabar bien, o estrepitosamente mal. Porque nunca llegarás a conocer la moto ni al dueño al que se la compras (a no ser que sea colega o familiar).

Es difícil acertar. Lo dice alguien que ha estado al otro lado del mostrador: Foie Gras, expropietario de una tienda especializada en motos japonesas, que ha despachado más de cien unidades de segunda mano. Él mismo lo resume fácil: "Es complicado copiar una compra que salió bien, pero es bastante fácil evitar los errores más comunes". Aquí van los seis errores (5+1) que más se repiten. Apunta.

Una moraleja para comprar moto de segunda mano: la que más te guste no es la mejor

Primer mandamiento, más que pifia: pensar que compras solo una moto. "La gente cree que compra una moto. Pero lo que compra es una vida en moto.” Es decir, no se trata solo de elegir un modelo porque te gusta o porque viste uno barato en Internet. ¿Vas a hacer rutas largas? ¿Quieres personalizarla? ¿Necesitas que tenga servicio posventa donde vives?

Desde luego que no es lo mismo comprar en una tienda especializada en custom que en una cadena con presencia nacional. Si no sabes cómo vas a vivir la moto, vas mal desde el minuto uno. Primero, mentalidad clara.

Segundo error: fijarte solo en los kilómetros. Es uno de los vicios más extendidos. ¿Tiene pocos kilómetros? Parece nueva. ¿Tiene muchos? No la quiere nadie. Error. "Una moto con 100.000 km bien cuidada es mucho mejor que una con 30.000 y cero mantenimientos", asegura.

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Mejor fíjate, dice, en si tiene historial de mantenimiento, si fue de un cliente habitual de la tienda o si viene de subasta. Mira el estado del exterior: si está oxidada o quemada por el sol, igual de mal está por dentro. "El trato que ha recibido la moto pesa más que el número del cuentakilómetros".

Tercer problema: hacerle más caso a YouTube que a tu instinto. Otro clásico. Preguntar a todos tus amigos moteros, tragarte 30 vídeos y leer foros hasta las 2 de la mañana. Opiniones tendrás a montones, pero ninguna es absoluta. Ni siquiera esta. "Una CB400 y una XJR400 pueden ser igual de buenas, pero cada uno te dirá que la suya es la mejor". Lo importante es que te guste a ti y que encaje contigo. Porque al final, la moto es para disfrutarla tú, no los demás.

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Cuarto problema: ignorar lo básico: si corre, frena y gira. Parece de Perogrullo, pero ojo a esto. Es tentador dejarte llevar por una estética cañera o una personalización brutal. Pero si no gira, frena mal o es un hierro imposible de mover, vas a pasarlo mal. "Un chaval se compró una Dragster 400 bajísima y con horquillas muy largas. Le encantaba cómo quedaba. Pero se cayó varias veces y terminó vendiéndola un año después". Primero aprende, luego experimenta. Sobre todo si eres novato.

Quinto: buscar gangas que no existen. Esto es duro de escuchar, pero necesario: las motos chollo no existen. "Si ves una demasiado barata, algo raro hay", afirma el exvendedor. Ya sea un precio inflado con tasas ocultas, un modelo que lleva dos años cogiendo polvo o directamente una unidad con problemas. Si quieres ahorrar, mejor pide que te cambien consumibles (neumáticos, pastillas…), que te instalen un USB o un soporte, o que te regalen accesorios. Eso sí tiene sentido. Las rebajas salvajes rara vez salen bien.

+1. Gastarte todo el dinero en la moto (y quedarte sin para lo demás). Esto es muy común (conozco casos). Y si te lo dice un profesional como es el caso, todavía tiene más sentido. Es fácil caer en la tentación: te gastas todo en la moto… Y luego te das cuenta de que no tienes ni para un casco decente. Ni guantes, ni chaqueta, ni seguros, ni gasolina para salir. "He visto a gente que acaba usando la moto de adorno porque no puede permitirse moverla". Si vas justo, reduce presupuesto.

Moraleja: no se trata solo de elegir una moto que te guste. Se trata de elegir una moto que encaje contigo, con tu estilo de vida y con tu bolsillo. Y si puedes evitar estas seis trampas, estarás más cerca de hacer una compra que sí valga la pena.

Imágenes | Motorpasión Moto, Yamaha

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