Se suele decir que hay dos tipos de motoristas: los que se han caído y los que se van a caer. También podemos hacer esta clasificación de otra forma: los motoristas que han tenido una motocicleta que les ha salido rana y los que la tendrán. Y es un momento por el que ninguno queremos pasar, al igual que las caídas.
A veces, estos problemas son relativamente sencillos y se resuelven satisfactoriamente pero en otras ocasiones, el comprador se ve desamparado y acaba teniendo una moto que pasa más tiempo en el taller que en la carretera, que es donde debería estar. Son máquinas y como tal presentan defectos. Unos defectos que deberían subsanarse, de una u otra forma.
Todo esto viene al caso por la noticia que no ha hecho llegar Pedro González, del portal Kustomallorca acerca de un caso que le ocurrió a su suegro, Lorenzo Pascual, y con quien nos pusimos rápidamente en contacto.
Lorenzo adquirió una Harley Davidson CVO Ultra Classic Electra Glide Screaming Eagle 105 Aniversario, es decir, un modelo muy exclusivo y que raramente vemos en nuestra carretera. Si ya es raro ver una Electra Glide imaginaros una Screaming Eagle. Pues bien, ya a los pocos días empezó a darle problemas. Pero serios problemas de verdad.
Hablamos de corregirse la culata y el sistema de regulación del encendido, el motor de arranque, ruidos de bielas, estanqueidad en las luminarias de los intermitentes, reparación del soporte del carenado delantero, fallos del cierre centralizado, cambio del motor de arranque, del soporte del carenado y de la suspensión delantera. Todo ello hasta en plazo de 6 meses; y además, a partir del año 2010, revisión por ruidos en interior del motor.
Todas estas fueron reparaciones dentro de la garantí, con un importe superior a los 7.000 euros. Pero otros muchos defectos se repararon, o al menos lo intentaron porque la Harley Davidson en algunos aspectos continuaba con problemas, en las operaciones normales de mantenimiento.
Así se hizo la sustitución del filtro de combustible, los ruidos del asiento, la extensión del amortiguador delantero, la sustitución del puño del embrague, la sustitución del mechero y del sillón, la lubricación de la suspensión delantera, la sustitución de la tulipa protectora de los pilotos, un ruido de la bomba de combustible, la fijación de la palanca de cambios, la sustitución del soporte izquierdo de la radio, la sustitución de un rodamiento y el ajuste del regulador del encendido. Y todo ello con un consumo de aceite que rondaba el litro cada 1.000 kilómetros, algo que la marca consideraba normal pero que aunque esté dentro de las tolerancias y comparado con otros modelos idénticos, seguro que no es tan normal.
Llega un momento que con casos así dices basta. Y Lorenzo dijo basta a la vista de que los problemas iban a seguir surgiendo y la garantía no se haría cargo. ¿Qué hacer en estos casos? Pues pedir la sustitución completa del vehículo.
Los juzgados le dieron la razón la primera vez pero tras no alcanzar un acuerdo, el distribuidor de Harley Davidson en Mallorca recurrió la sentencia y de nuevo, el juez dio la razón a nuestro lector. Ahora, aunque hay que obrar con prudencia, la situación pinta bastante bien aunque todavía queda la posibilidad de que se recurra en última instancia al Tribunal Supremo.
Como veis, aunque es difícil no es imposible y en algunos casos, debemos defender nuestros derechos. Estoy seguro que si este caso ocurre en Estados Unidos, mucho más rápidos en demandar y defender lo que consideran suyo, ya estaría más que solucionado.
Si queréis leer la sentencia completa, antecedentes y demás, a continuación tenéis el enlace.
Más información | Kustomallorca