Marc Márquez, la épica y las historias mal contadas
El pasado lunes, cuando más de uno ya se estaba preparando para irse a la cama, el equipo Repsol Honda enviaba una mala noticia. Marc Márquez había tenido que volver a pasar por el quirófano a que le recolocasen su placa. Se perdía el Gran Premio de la República Checa y probablemente algo (mucho) más.
La primera reacción fue de shock, pero inmediatamente la acompañó la de preguntarse qué había pasado. Buscar responsables, esa cosa tan humana y que tanto gusta cuando el señalado no va a ser uno mismo. Pero en este caso quizá el problema ha sido de historias mal contadas. O, mejor dicho, a medias.
El ejemplo de Lorenzo en Assen 2013, una épica que le costó muy cara al balear
El mundo de la moto tiene mucho que ver con el taurino. Ya dijimos que Marc Márquez es un piloto de puerta grande o enfermería, pero no es el único de la historia, ni mucho menos. Las épicas del deporte se difunden y pasan de generación en generación sin saber que se ha cerciorado parte de la verdad. Va en el desarrollo humano.
Así que sí, prepáranse para escuchar dentro de unos años que "Marc Márquez se rompió el húmero un domingo, se operó un martes y el sábado siguiente ya estaba encima de la moto". Eso se dirá, y los más desmemoriados lo tomarán por el todo, cuando solo será una minúscula parte de lo que realmente está pasando en esta temporada 2020.
Desde hace unos años para acá, se tiene a la participación de Jorge Lorenzo en el Gran Premio de los Países Bajos de 2013 como paradigma de lo que es épico. Se rompió la clavícula izquierda en los primeros entrenamientos libres del fin de semana, fue operado el sábado y el domingo salió a pista para acabar quinto. Así contado, suena de caerse para atrás.
Lo que no se cuenta es el cómo y el qué pasó después. El cómo es que en aquella época había dos motos inmensamente superiores al resto. Nadie podía ni toserle a las Yamaha y a las Honda oficiales. Si nos vamos a los tiempos de aquel Gran Premio de los Países Bajos y tomamos los FP2, que fueron en seco y con todos los pilotos en pista a la vez, las conclusiones son claras.
Andrea Dovizioso, con Ducati, acabó quinto a un segundo del más rápido. Fue la mejor moto fuera de Honda y Yamaha. El último clasificado, Bryan Staring, acabó a 8,5 segundos del tiempo de Márquez. En general, toda la parrilla era entre 2 y 5 segundos más lenta que las dos grandes motos, salvando a las Ducati y a las Honda y Yamaha satélites, que eran un segundo más lentas las que menos.
Caer está permitido, levantarse es una obligación 💪🏼
— Marc Márquez (@marcmarquez93) August 5, 2020
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No, el objetivo no es quitarle mérito a que Jorge Lorenzo diese 26 vueltas con el hombro en ese estado y acabe quinto, haciendo además algunos adelantamientos de por medio. Lo hizo porque podía hacerlo. Los números le daban. Su lesión era mucho menos grave que la de Márquez y su moto mucho más superior.
En una parrilla como la de 2020, en la que prácticamente todos están separados por un segundo, pretenden puntuar en el estado en el que estaba Márquez era completamente absurdo. Un riesgo ilógico en busca de emular una épica mal contada que ahora tiene sus consecuencias, por mucho que los amigos de la equidistancia no se mojen en si el estrés de la placa de Márquez se produjo en su intento de recuperación exprés o cuando estaba tumbado en el sofá viendo Netflix.
La otra parte de la historia de Lorenzo es la siguiente. Sí, volvió y acabó quinto, por lo que se llevó once puntos a su casillero. Pero quince días después en Alemania se volvió a fastidiar la clavícula, se dobló la famosa placa y no pudo correr en Sachsenring. Una semana después, en Laguna Seca, sí que se pudo personar en la parrilla, pero muy tocado, así que acabó sexto.
Por no saltarse la cita de los Países Bajos, Lorenzo acabó corriendo tocado en Assen, perdiéndose Sachsenring y corriendo tocado de nuevo en Laguna Seca. Un quinto, un DNF y un sexto puesto. Junto a Francia, fueron las únicas carreras de 2013 en las que Lorenzo no estuvo en el podio. Un mundial que perdió contra Márquez por cuatro puntos. Sin la épica, Lorenzo sería hexacampeón.
Probablemente, a Márquez le suceda lo mismo. Sus opciones de título prácticamente han desaparecido. Si, esta vez sí, se ciñe a los plazos habituales de su recuperación, como se ha deslizado en prensa cercana al piloto, estará fuera hasta Misano como mínimo. Si no hay caída ni drama con los motores, Fabio Quartararo podría ir como mínimo 100 puntos por delante.
Dudar de los doctores de MotoGP es imprudente e injusto
Otra historia mal contada, y mal encauzada, es la que afecta a los doctores de MotoGP. En temas de medicina prácticamente todos los que somos ajenos al gremio somos bastante, o muy, ignorantes. Por eso dudar del proceder de dos eminencias reconocidas como los doctores Ángel Charte y Xavier Mir parece bastante aventurado.
Antes de entrar a valorar ningún tipo de decisión médica primero hay que pensar qué es lo que se evalúa. A la hora de darle el apto a Marc Márquez, o a cualquier otro piloto, no hay ningún tipo de razonamiento filosófico sobre los riesgos que puedan existir. Simplemente es algo anatómico. Puedes hacer esto y aquello, pues adelante, súbete a la moto.
Los doctores de MotoGP no hicieron más que su trabajo ciñéndose a los criterios de la competición. Probablemente los doctores ya sabían que si Márquez seguía con su empeño de pasar de los plazos de recuperación se fastidiaría de nuevo el brazo, y es de entender que se lo dijeron, pero en ningún caso les corresponde a ellos limitar los riesgos que quiera correr el piloto.
#MotoGP racing at its absolute best! 😎
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) August 5, 2020
The Bologna Bullets and @marcmarquez93 put on a show on that day in 2018! 👏#CzechGP 🇨🇿 pic.twitter.com/oDWqnmcbGG
Eso es cosa suya y de su equipo, el cual queda bastante retratado por todo lo que ha pasado. El Repsol Honda ha pasado de luchar por ser campeones a una temporada 2020 en la que la última posición no va a estar tan lejos. Y en Brno no va a haber telemetrías de Márquez que enseñarle a Takaaki Nakagami, al menos de este año.
Dovizioso está ante las tres carreras más importantes de su vida
Ahora el abanico de aspirantes al título se abre y todos se ven capacitados. Cuidado con Andrea Dovizioso, que podría ser el gran beneficiado de un triplete sin Márquez. Las Yamaha van líderes pero tienen un punto débil en los motores, y ahora vamos a circuitos históricamente favorables a la Ducati.
En Suzuki se estarán tirando de los pelos por la lesión de Álex Rins, posiblemente en el momento y lugar más inoportuno. Tenían moto para ir a por el título, pero ahora están igual de lejos que el propio Márquez. Y en cuanto a Yamaha, toca rezar para que esos motores aguantan. Si lo hacen, son favoritos para reencontrarse con los laureles de MotoGP cinco años después.
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