Los vehículos de dos ruedas han sido protagonistas durante el desconfinamiento post COVID-19, en especial se ha puesto el foco en el auge de las bicicletas mientras que las motos han vivido en un plano secundario algo más silencioso. Ambos son vehículos perfectamente aptos para el momento actual ya que aseguran la distancia interpersonal siempre que se utilicen de manera individual.
ANESDOR ha creado una campaña que motiva a usar la moto como medio de transporte eficaz en estos momentos y ahora, una vez que el Gobierno ha presentado el Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción, se ha quejado públicamente de que este proyecto olvide al sector de la moto, que al igual que en el caso del coche, también demanda un empujón para reactivar sus ventas.
Las motos entran dentro del saco de la movilidad sostenible, pero no tienen un apartado específico
Siendo rigurosos, la palabra "motocicleta" sí que aparece en el Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción, dotado con 3.750 millones de euros, pero no cuenta con un apartado específico ni mucho menos.
Dentro del Plan Moves, que se integra en este proyecto y está dotado de cien millones de presupuesto, aparece la intención de apoyar la adquisición de motos de tecnología eléctrica de las categorías L3e, L4e, L5e. No se concreta más y tampoco se determina la cuantía de las ayudas a este tipo de adquisición.
A partir de aquí, poco más tiene el mundo de la motocicleta para contentarse con el plan de ayudas que ha sido propuesto por parte del Gobierno. Puede que acabe beneficiándose de manera más o menos directa en el caso de la renovación de las flotas de las entidades locales por otras más sostenibles o en que alguno de los proyectos de investigación pasen por el mundo de las dos ruedas, pero no hay mucho más donde rascar.
Existe un pequeño hilo de esperanza para el mundo de la moto que pasa por la creación de proyectos de I+D+I que tengan a los vehículos de dos ruedas como protagonistas. Las empresas deben aprovechar algo que se destaca en la introducción del documento, y es que España es el primer fabricante europeo de motocicletas eléctricas. Otra oportunidad es la de hacer del ámbito urbano un espacio de especial atención para la moto en el momento en el que se creen proyectos para la ampliación de los puntos de recarga.
Un plan de ayudas a la renovación del parque pensado íntegramente para las cuatro ruedas
Las motocicletas representaban más del 10% del parque móvil de 2019 en España. Según ANESDOR, la patronal de las empresas de dos ruedas, circulan por las carreteras en España una cifra superior a las cinco millones de motos y ciclomotores que tienen una edad media de 16,4 años. Se trata de un sector que en los últimos años estaba en alza y que, al igual que sucede con el mundo de las cuatro ruedas, se ha paralizado en seco a causa de la COVID-19.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en marcha un plan de ayuda al sector de la automoción que se centra, en su mayoría, en el apartado de las cuatro ruedas. Esto se ejemplifica sobre todo en el caso de la partida pensada para la renovación del parque, de 250 millones de euros, que no contempla por ningún lado a las motos.
Llama la atención que, en un plan pensado para renovar el parque móvil (donde también están incluidas las motos), no se actúe en nada con los vehículos de dos ruedas. La edad media del parque español es de 12,7 años y en el caso específico de las motos es de 16, 4 años, casi cuatro años mayor. La renovación del parque de motos y ciclomotores ayudaría especialmente a rebajar la edad media de los vehículos que circulan por España y lo haría de una forma más económica que actuando simplemente en caso de los coches y los vehículos industriales.
Con todo esto encima de la mesa, ANESDOR pide al Gobierno que integre a los vehículos ligeros cuanto antes en las mesas de trabajo y les permita participar en los ámbitos que les afectan.
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