Así era Widowmaker 7: la dragster de 500 cv con motor Chevrolet V8 más rápida del mundo en 1973
Desde que el hombre inventó la rueda siempre ha intentado ir más y más rápido. La fiebre por conseguir el vehículo más veloz ha sido la tónica general en cualquier escenario, y Estados Unidos ha sido el lugar predilecto para que los enfermos por la velocidad desarrollasen engendros con los que recorrer el cuarto de milla en el menor tiempo posible.
E.J. Potter es el claro ejemplo de esta fiebre por la velocidad y aprovechó de forma torticera el principio de la transferencia de tecnología del automovilismo al motociclismo. Así, 1973 logró hacerse con el título de la moto más rápida del mundo con una creación propia con la que se ganó el apodo de "Michigan Madman" ("El Loco de Michigan"): la Widowmaker.
Widowmaker 7: 8,68 segundos y 276,8 km/h en el cuarto de milla
Naciendo en Ithaca (Michigan), el seno de una familia cuyo padre era científico, a Potter le gustaban por igual las carreras como experimentar. Comenzó compitiendo en Dirt Track como la mayoría de los americanos, y en 1960 comenzó a experimentar con una idea muy loca que le estaba obsesionando desde hacía mucho tiempo.
Los grandes motores de ocho cilindros en uve de origen Chevrolet siempre le habían fascinado, así que empezó a dar forma a cómo adaptar ese propulsor a una motocicleta. Obviamente, no sería ninguna moto de offroad la que pudiera soportar una configuración de este tipo así que empezó a hacer sus pinitos en las carreras de dragster.
Pasó más de 10 años construyendo prototipos, poniéndolos en pista, aprendiendo y reconstruyendo cada fiasco, y su pasión por la idea le llevó a correr no sólo en Estados Unidos, sino también en Australia, Inglaterra y Canadá.
De todos los prototipos creados por E.J. Potter, el motor más pequeño utilizado fue un V8 de 4.637 cc
Al principio, a Potter le pagaban un dólar por cada milla por hora que superaba las 100 mph (160,93 km/h) y el embrague casero desarrollado por él mismo a partir de un freno de tambor de Harley-Davidson le limitaba la velocidad máxima a 115 mph (185 km/h). La solución fue tan drástica como efectiva: eliminó el embrague y logró que la velocidad ascendiera hasta 136 mph (casi 220 km/h).
El primer motor usado por Potter fue un Chevrolet V8 de 4.637 cc montado sobre un chasis tubular Trellis de tipo hard tail (sin suspensión trasera) que utilizaba al propio motor como parte estructural. Con el paso de los años y a medida que fue acumulando experiencia con las Bloody Mary y las Widowmaker mejoraba sus diseños.
La moto que hoy nos ocupa es la Widowmaker 7, una motocicleta tan extraña como fascinante propulsada por un motor Chevrolet small-block de 5.735 cc con una compresión de 12,5:1, pistones forjados, magneto Vertex adaptado de 1960 y una inyección de combustible Hilborn. Todo ello colocado sobre un chasis poco más que escueto, una suspensión delantera "minimalista" y una dirección apoyada sobre dos masivos amortiguadores de dirección para digerir las sacudidas del manillar.
Aquella bestia con más de 500 cv de potencia bruta transmitía toda su ira al neumático trasero a través de una cadena de alambre colocada sobre una corona tan grande como la llanta trasera. El resultado era el que cabría esperar: burnouts infinitos sobre las rectas de asfalto.
Era imposible que una sola rueda pudiera digerir con efectividad toda la potencia procedente del musculoso motor americano, lo que convertía a la Widowmaker 7 en una moto espectacular más que efectiva. El reto de Potter pareció convertirse más en cómo ser la moto más rápida en cruzar el cuarto quemando rueda.
El propio "Michigan Madman" fue el último hombre en pilotar la Widowmaker 7 en 1999
Está claro que Potter nunca intentó hacer simplemente una moto, su alma de showman le impidió barajar la idea de emplear un motor más pequeño que pudiera transferir de forma más digestiva la fuerza al asfalto y, por consiguiente, ser más rápida frente al crono.
La contrapartida de esto fue que se labró una popularidad impresionante en el que cuenta más la felicidad del público que una velocidad aplastante. Aun así logró ser nombrada por el Libro Guinness de los Récords en 1973 como la motocicleta más rápida del mundo parando el crono en el cuarto de milla con 8,68 segundos y 172 mph (276,8 km/h).
Desde 1974 cuando Randy Newell compró la Widowmaker 7 a Potter, la moto ha pasado por tres propietarios y fue restaurada en los '90 antes de permanecer expuesta en el museo Don Garlit. El último hombre en pilotarla fue el propio E.J. Potter, casi a modo de despedida, en 1999. En 2012 Potter fallecía después de una larga batalla contra el Alzheimer.
Ahora esta pieza de la historia ha vuelto a cambiar de manos y ha sido subastada en Bonhams a un comprador anónimo por un precio desconocido entre 61.000 y 80.000 euros. A cambio se ha llevado una motocicleta de libro, totalmente funcional que ruge hasta 7.500 revoluciones, con un casco original de E.J. Potter y un caballete.
Vía | Bonhams