Puede que seas demasiado joven para acordarte de ciertas motos, pero hay muchos que miramos con añoranza aquellas motos del pasado no tan pasado. Unas oldies de las que hoy muchos ni se acuerdan pero que en ciertos círculos están empezando a cotizarse sobremanera, bien para restaurar o bien como objeto de restomods.
Ese es precisamente el caso de esta Suzuki GSX-1000 S Katana, una moto mítica venida de tiempos en los que las únicas ayudas a la conducción eran un manillar y dos estriberas, pero puesta al día y modificada para rendir al máximo nivel en el en las 4 Horas de Resistencia de Donington Park. Lo mejor de todo, su estética brutalmente arrebatadora que une lo mejor de las motos clásicas y las piezas de máximo rendimiento.
Agarra el babero, lo vas a necesitar
Esta belleza ha sido construida por el Team Classic Suzuki, un equipo independiente con apoyo directo de fábrica y mucha pasión por recuperar el espíritu de las motos de hace décadas. El resultado es una Katana que será pilotada por James Whitham, Steve PArrish y Michael Neeves (sí, los conocidos periodistas británicos).
A nivel mecánico no sólo ha recibido un lavado de cara. Cada elemento se ha revisado y tratado de mejorar recurriendo a componentes de la máxima calidad como el basculante de aluminio con refuerzos inferiores o las suspensiones convencionales puestas a punto para competición.
Desde las llantas Dymag hasta las líneas de frenado o las tijas. Todo ha sido mejorado pero sin perder la esencia del modelo original, manteniendo las medidas de fábrica y respetando escrupulosamente el reglamento. Hasta el tapón de llenado rápido es toda una obra de arte para petrolheads.
Como guinda del pastel un sublime trabajo de pintura en los colores clásicos de la marca japonesa (azul y blanco) sobre la impoluta carrocería. Mírala y dime que no te apetece correr las cuatro horas de la prueba de resistencia con una belleza así, o simplemente dar una vuelta. Para algunos será una madurita, pero está tremenda.