Probamos la Yamaha MT-09: una moto desnuda con 115 CV de emociones a la japonesa
La Yamaha MT-09 es una de esas motos que apetecen. Somos un mercado muy de moto naked y en la gama MT de Iwata encontramos una buena cantidad de opciones. Entre ellas está la MT-09, una moto gamberra dispuesta a robarte sonrisas en el momento menos pensado.
Con una estética amenazante y un comportamiento desenfadado, la Yamaha MT-09 sigue siendo una de esas motos que rebuscan las emociones a través de despertarte algo en tu interior. Una moto que no será perfecta, pero sí transmite.
Yamaha MT-09: arriesgando al desnudo
Después de haber probado la renovación de la Yamaha MT-07 y habernos quedado con un muy buen sabor de boca, nos dimos cuenta que la MT-09 aún no había pasado por nuestra Zona de Pruebas. Para este 2019 todas las MT estrenan una nueva decoración denominada Ice Fluo, así que aprovechando la excusa nos hemos puesto a sus mandos.
No podemos negar que le teníamos ganas a la Yamaha MT-09, así que nos faltó tiempo para ponernos a sus mandos. Antes hicimos un pequeño repaso a su exterior y, sí, efectivamente, aparte del color gris mate con las llantas y gráficos en rojo fluorescente no hay cambios.
La MT-09 sigue siendo la misma moto con esa mirada agresiva, encerrada en una pequeña máscara con doble faro y tecnología LED ubicada en una posición baja y su particular combinación de manillar ancho con cuadro de mandos digital descentrado al que hay que acostumbrarse.
Tras el pequeño grupo óptico delantero se extiende un depósito voluminoso y volcado hacia delante, con unas afiladas tomas laterales para la admisión en color oscuro que se lanzan hacia la horquilla y preceden a las tapas del radiador pintadas en el color de la carrocería. Mucho menos exagerado que, por ejemplo, en una KTM 790 Duke.
Por detrás el colín es mínimo, el asiento es corrido de una sola pieza para las dos plazas y el portamatrículas se ancla al basculante para dejar esa imagen de la zaga puntiaguda. En términos generales se ve como una moto pequeña, y esa sensación se acentúa una vez que nos ponemos encima de ella.
Con el asiento situado a 820 mm del suelo y una parte central muy estrecha, llegamos bien con los dos pies al suelo en parado. Sólo el volumen de la parte derecha del motor puede molestarnos un poco a la hora de maniobrar en parado, pero entre el buen control del manillar y la ligereza del conjunto (193 kg en orden de marcha) hacen de la MT-09 una moto fácil de mover a pulso.
Tras sus mandos nos encontramos con un entorno bastante espartano y es que en realidad la Yamaha MT-09 apenas ha cambiado desde que se presentó en 2013, por lo que ya empieza a reclamar una renovación de cara a mantenerse en la cresta de la ola.
Aún así, el cuadro monocromático incluye de todo en muy poco espacio: tacómetro, velocímetro, reloj, trip, indicador de marcha engranada, nivel de combustible y posición tanto de los modos de conducción como del control de tracción.
Despierta, es hora de hacer curvas
Ponemos en marcha su motor y el tres cilindros en línea con cigüeñal crossplane empieza a ronronear dulcemente. Este motor empieza a ser conocido ya que es el mismo que montan las Niken y las Niken GT que probamos hace sólo unos días, pero en el caso de la MT-09 está configurado de una manera bastante más enérgica.
Los primeros metros los recorremos con cierta cautela. La dirección es rápida, se nota una moto que gira de forma muy viva y no nos hizo falta mucho para darnos cuenta de que el primer golpe de gas es un tanto seco, incluso en el modo de conducción más suave de los tres que dispone.
No se oculta. La Yamaha MT-09 es una de esas motos que tienen carácter y le gusta enseñarlo. Su mirada aguerrida es sólo la antesala de un tacto directo, sin demasiados filtros y que incluso en parado o a muy baja velocidad tiende a transmitirnos ciertas vibraciones. A la MT-09 le gusta hacerse notar.
El manillar es ancho, pero no demasiado, algo que facilita las cosas moviéndonos entre el tráfico intenso de la ciudad. Tampoco hemos notado que sea un motor especialmente caluroso y el tacto general de sus mandos es correcto, muy del estilo japonés. Todo suave y en su sitio.
Sin mucho que hacer en medio de la ciudad con esta moto nos lanzamos a la búsqueda de una carretera de curvas y pronto nos damos cuenta de que este motor es todo un acierto entre los propulsores de gama media. Con una cilindrada de 847 cc, 115 CV a 10.000 rpm y un par motor de 87,5 Nm desde 8.500 rpm, este tri tiene mucho que contar.
Abriendo gas con decisión, sus tres cilindros se mueven con una alegría electrizante y con una estirada lineal pero que te activa las endorfinas. A medida que el tacómetro escala de revoluciones, la entrega es más y más intensa, sin desfallecer salvo cuando llegamos al corte, algo que en ocasiones ocurre con demasiada facilidad.
Y es que el escalonamiento de la caja de cambios es perfecto. En ciudad no tendremos que estar tirando de embrague más que lo necesario, y en carretera la segunda y la tercera velocidad son todo lo que podemos necesitar para divertirnos a manos llenas. Además la Yamaha MT-09 incorpora de serie cambio semiautomático para subir marchas, algo que le da un extra de vena canalla.
De nuevo el tacto del acelerador es directo jugando a punta de gas, mucho, algo que puede sorprender a los menos experimentados llegando incluso a generar pérdidas de adherencia en el tren trasero, aunque de manera bastante predecible y dosificable. Por suerte el control de tracción con dos niveles está ahí para mantenerlo todo en orden en caso de que las cosas se salgan de madre.
A nivel de chasis la Yamaha MT-09 se siente una moto tan pequeña como aparenta en parado. Los cambios de dirección son rápidos e intuitivos y, a juego con el ímpetu del motor, se percibe en ocasiones incluso demasiado ligera para no llevar amortiguador de dirección.
Una vez en curva el chasis de tipo diamante de aluminio hace bien su trabajo, manteniendo las ruedas por el sitio de manera precisa pero con ganas de caer hacia el interior de la curva. Sobre asfalto rizado o en mal estado sí que hay que cuidar un poco las formas cuando empezamos a dar gas y es que la dirección tiende a moverse por ese mismo carácter liviano que mencionábamos justo antes.
A la hora de frenar no podemos ponerle demasiadas pegas a una moto que viene bastante bien dotada. El equipo delantero es un doble disco de 298 mm mordido por pinzas radiales de cuatro pistones que ofrecen un tacto no demasiado contundente pero sí efectivo y dosificable.
Lo que podría estar un poco mejor es el ABS, ya que en ocasiones puede entrar en acción de manera un tanto abrupta. Lo que sí funciona muy bien es el embrague con funcionamiento anti-rebote; suave y muy útil.
Acierto a la japonesa
En cuanto a lo referente en viajes largos te puedes imaginar lo que hay. Es una moto naked de las de verdad, sin la más mínima protección aerodinámica, así que el azote del aire acaba por pasar factura, al igual que un asiento cuyo mullido podría ser algo más generoso para los que somos de posaderas sensibles.
El pasajero no tiene mejor suerte pues su espacio es reducido y las estriberas quedan colocadas en una posición elevada, no tiene lugar donde agarrarse y las formas del depósito no invitan demasiado a apoyar las manos, pero son males menores, inherentes a una montura cuyo coto de caza son las curvas.
El territorio de la Yamaha MT-09 son las carreteras curvas, los terrenos revirados donde aprovechar al máximo su agilidad y la palanca que permite su manillar ancho para disfrutar como niños aprovechando la entrega del motor de tres cilindros con un conjunto de suspensiones que acompaña.
Porque no hemos hablado aún de las suspensiones por un motivo y es porque acompañan. No brillan en ningún apartado, pero cumplen en todos. El rendimiento de la horquilla invertida delantera y del amortiguador trasero es bueno en todos los ámbitos, sin pecar de blando ni duro, siendo una de esas partes ciclo que funcionan sin hacerse notar.
En definitiva, la Yamaha MT-09 es una moto disfrutona si lo que te gustan son las motos que transmiten, lejos del paradigma de moto perfecta que hace todo bien pero no te despierta ninguna emoción. La MT-09 emociona en parado arriesgando con la estética, pero también con el comportamiento. Y es que este modelo fue un acierto, así que algo funciona es mejor no tocarlo demasiado.
A no mucho tardar le tocará el turno a una nueva generación de la Yamaha MT-09 y aún así se defiende con una propuesta fresca y un precio de 9.799 euros. Es decir, más de 1.000 euros menos que una Triumph Street Triple R (10.950 euros), sólo 100 euros menos que una KTM 790 Duke (9.899 euros) y 600 euros más que una Kawasaki Z900 (9.299 euros).
Yamaha MT-09 2019 - Valoración
6.9
A favor
- Motor enérgico
- Agilidad instantánea
- Estética personal
- Autonomía correcta
En contra
- Tiende a vibrar
- On-off-on algo brusco
- Empieza a pedir renovación
- Dirección nerviosa
Yamaha MT-09 2019 - Ficha técnica
Motor | ||
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Tipo | 3 cilindros, 4 tiempos, DOHC, 4 válvulas | |
Cilindrada | 847 cm³ | |
Refrigeración | Líquida | |
Diámetro x carrera | 78x59,1 mm | |
Relación de compresión | 11,5:1 | |
Potencia máxima | 115 cv a 10.000 rpm | |
Par máximo | 87,5 Nm a 8.500 rpm | |
Alimentación | Inyección electrónica | |
Encendido | TCI | |
Embrague | Húmedo, multidisco con funcionamiento anti-rebote | |
Cambio | 6 velocidades con cambio rápido QSS | |
Transmisión final | Cadena | |
Parte de ciclo | ||
Chasis | Diamante de aluminio | |
Suspensión delantera | Horquilla telescópica invertida regulable en rebote, 137 mm de recorrido | |
Suspensión trasera | Brazo oscilante tipo eslabón regulable en precarga y rebote, 130 mm de recorrido | |
Freno delantero | Pinza monobloque radial cuatro pistones, disco 298 mm, ABS | |
Freno trasero | Pinza doble pistón con anclaje radial, disco 245 mm, ABS | |
Rueda delantera | 120/70ZR17M/C (58W) | |
Rueda trasera | 180/55ZR17M/C (73W) | |
Dimensiones y pesos | ||
Longitud | 2.075 mm | |
Altura | 1.135 mm | |
Anchura | 815 mm | |
Distancia entre ejes | 1.440 mm | |
Altura del asiento | 820 mm | |
Capacidad del depósito | 14 litros | |
Peso en vacío | 193 kg | |
Precio | 9.799 euros |