Ducati Scrambler Sixty2: una gran moto trendy
Unas décadas atrás el mundo era completamente distinto a cómo lo conocemos ahora. Las complicaciones geopolíticas sobrevolaban la sociedad y como contraataque un movimiento de ocio y diversión plantaba cara para revindicar que la vida estaba para ser disfrutada con intensidad, paladear las buenas compañías y saborear el momento.
Corría el año 1962 cuando Ducati lanzó al mercado la primera de las Scrambler, y ahora, 54 años después, la Scrambler Sixty2 llega para revindicar el espíritu pop, joven, urbano y divertido de aquella época. Una mirada a las raíces del motociclismo y el entretenimiento que hemos podido descubrir en la presentación que la marca italiana ha preparado en Barcelona.
La Scrablerina ha llegado
Su estampa nos resulta ciertamente conocida. No en vano es perteneciente a la familia Scrambler y lo luce con orgullo
Sin renunciar a ninguna de sus señas de identidad, la Ducati Scrambler Sixty2 ofrece un conjunto en el que destaca a primera vista la gran calidad de sus acabados. Es una 400 con un nivel de detalle como pocas veces se ha visto. Desde la fabricación de las piezas hasta el acabado de cada una de ellas está cuidado al máximo.
Las señas que hacen única a la familia Scrambler se mantienen en esta ramificación hacia abajo en cuanto a cilindrada. En Ducati se han dado cuenta que hay un sector del mercado que quiere una moto A2 pero que antepone el estilo, el diseño y el aspecto retro a las prestaciones y a la cilindrada y que además no llega a sacarse el A. Esta Scrambler Sixty2 está diseñada para todos ellos, para que tengan el tacto de moto grande, con excelentes acabados y un diseño que esté en la cresta de la ola.
Y como lo primero es lo primero, empezaremos hablando hoy sobre la parte delantera. En el frontal destaca el faro redondo idéntico al de la 800 con el borde exterior de led y el reloj redondo completamente digital para ofrecernos toda la información. Elementos que conjugan a la perfección la sencillez del clasicismo con unas pinceladas modernas.
No por tener un cuadro de mandos pequeño vamos a disponer de poca información. En el borde exterior tenemos todos los testigos, y en la esfera interior bordea el tacómetro por debajo, por arriba tenemos el reloj horario y en el centro el velocímetro y un trip configurable.
El aspecto general de esta Ducati Scrambler Sixty2 tiene un empaque propio de moto grande y sólo con verla ya notas hasta qué punto se han cuidado los detalles
Los neumáticos mixtos firmados por Pirelli y fabricados en exclusiva para esta familia le dan ese aspecto tan peculiar y que llama tanto la atención en cada semáforo.
Además de en el tamaño general que es un poco más reducido que el de su hermana Scrambler de 800 cc, los cambios entre ambas los encontramos en la horquilla que deja de ser invertida para ser una telescópica convencional Showa de 41 mm y el basculante trasero, que en vez de ser de aluminio es de acero. En el tren posterior el monoamortiguador es un Kayaba con ajuste de precarga.
Las llantas son de 10 radios como las de la Scrambler y tienen un corte retro/scrambler muy chulo. Sus medidas son 3x18" delante y 4,5x17" detrás para equipar como decíamos antes unas ruedas Pirelli MT60 RS con una medida el trasero de 160/60x17".
También cambia el apartado de frenos ya que ahora contamos con un solo disco de 320 milímetros con pinza flotante de dos pistones y detrás un monodisco de 245 mm. El conjunto cuenta con ABS Bosch 9.1 MP con sensor de presión interna para garantizar la seguridad en caso frenada de emergencia o con el asfalto deslizante.
En la zaga el portamatrículas sale ahora desde el minimalista subchasis e incorpora un pequeño guardabarros en el color de la carrocería. El guardabarros delantero también es nuevo y los retrovisores en este caso son redondos y acabados en color negro, como la mayoría de las piezas que quedan a la vista.
Por lo demás nos encontramos muchas similitudes. El depósito es el mismo con esa forma tan característica de gota de agua y las nervaduras por la parte superior que le dan ese aire tan retro. El tapón de la gasolina está fabricado en aluminio y tiene grabada la inscripción "born free - 1962".
Su tamaño contenido y baja cilindrada podrían dar lugar a error y pensar que estamos ante otra moto de juguete, pero la realidad es bien distinta. Cuando nos subimos a ella y arrancamos el motor se disipan rápidamente todas las dudas. El sonido que sale por el escape es ronco y contundente, no quiero ni imaginarme la melodía que puede emanar a través del Termignoni opcional.
Un 400 desmodrómico muy bien hecho
El propulsor es casi completamente nuevo, se ha derivado del equipado en la Scrambler Icon, pero se ha rediseñado tomando una hoja de papel en blanco para conseguir otro bicilíndrico con distribución desmodrómica dentro de la familia de Borgo Panigale. Esta vez, mucho más pequeño.
En este caso los dos cilindros típicos en uve a 90 grados cubican 399 centímetros cúbicos con unas cotas internas de 72x49 (diámetro por carrera) y consigue producir un total de 41 caballos de potencia a 8.750 revoluciones y un par motor de 34,3 Nm a 7.750 rpm.
El cuerpo de la mariposa de admisión es de 50 mm y el escape es un dos en uno en acero de dimensiones muy reducidas con un silencioso en aluminio que asoma por el lateral derecho. Entre todos consiguen que este conjunto cumpla con la normativa de emisiones Euro 4.
La refrigeración por aire es suficiente para evacuar el calor generado por el motor, pero esos aletines y la carencia de un radiador le dan un aspecto retro que le queda de muerte. En todo el conjunto no hay nada que desentone sobre el resto.
Bueno, en realidad eso es así hasta que te montas sin la ropa apropiada, como es mi caso... No soy un fashion victim, pero bueno, no por eso vamos a quedarnos sin probar esta pedazo de moto.
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